Viana, Ortiz y Sánchez (Prensa Sporting Cristal)

En Frío: Hipotecar el futuro

Cristal ha cambiado su columna vertebral.

Arquero, central/volante de marca, un creativo, un delantero por banda y está por llegar un delantero centro.

Es una apuesta ciertamente de riesgo, pero válida. Algunos de los jugadores contratados tienen una calidad comprobada en el torneo local y otros son nivel selección. Digamos que se «ha contratado bien».

A menos – claro – que esto no sea cierto.

Hablemos de una figura muy común en el fútbol: Los préstamos de jugadores.

Definamos en que consiste un préstamo explicando uno de los casos en que procede:

El jugador «A» está bajo contrato con el club «X» por motivos que no vienen a cuento. El club no lo tiene en sus planes inmediatos pero no desea liberarlo porque aun ve algún posible beneficio en retener el pase de ese jugador. Pero del mismo modo, tampoco le conviene tenerlo jugando en la reserva o tenerlo en la periferia del equipo titular, esperando una lesión o alguna circunstancia fortuita para tener algunos minutos.

La solución a este problema es permitir que este jugador firme por otro club, que este pague su sueldo, previo pago de un derecho de préstamo, y retener la propiedad de la carta pase del jugador. Es decir, prestarlo.

¿Qué se gana con esta figura?

  • El jugador consigue la oportunidad de tener minutos, de acuerdo a su desempeño. También de acuerdo a esto, no pierde ritmo de competencia ni valor de mercado.
  • El club propietario, se libra del pago de sueldo de un jugador, pero al mismo tiempo lo tiene en actividad, en algunos casos, incrementando su valor.
  • El club receptor, consigue un jugador que de otro modo no podría pagar, por tema de costo de carta pase, a un precio que le permite tenerlo durante un tiempo determinado, lo que puede dar pie – incluso – a que el jugador se plantee la compra del mismo.

¿Este es el único caso en que se prestan jugadores?

Por supuesto que no, pero es el más común. Muchas veces se prestan jugadores para que maduren en otros clubes, con el fin de venderlos después – esto es algo que hace mucho el Chelsea inglés – otras veces se hacen préstamos de emergencia para resolver casos de lesiones largas de jugadores claves y algunas otras veces se presta jugadores con la expectativa de lograr venderlo o por lo menos librarse de la ficha hasta que se acabe su contrato.

Pero esto es desde el club vendedor, ¿qué pasa con el club receptor?

Definitivamente pedir un jugador prestado implica una incapacidad de comprar a ese mismo jugador o uno de similar calidad, por razones económicas por lo general, por temas de oportunidad de mercado o incluso por nivel del torneo.

Entonces el préstamo puede ser un negocio saludable para el club receptor.

¿Pero que ocurre cuando tienes demasiados jugadores a préstamo?

Lo mismo que pasa cuando tienes demasiadas tarjetas de crédito; puedes reventar.

Cristal actualmente tiene en esa situación a tres jugadores, sin contar con el 9 que se supone llegará.

  • Mauricio Viana, que llega del Santiago Wanderers
  • Joel Sánchez, que llega de Tigres
  • Christian Ortiz, a préstamo de Independiente.

Es decir, son jugadores con una continuidad que no depende exclusivamente de su rendimiento deportivo, depende también de que su clubes madre no los llamen de regreso.

Es decir, las tres contrataciones más importantes del club para este año, tienen una espada de damocles encima.

Pongamos algunos ejemplos previos.

  • El club se arriesgó con Javier Ferreyra y, más allá de la innegable calidad del «Pelado», el tipo era díscolo e irresponsable y terminó retirándose del fútbol después de algunos problemas con la institución. Plata perdida, si en lugar de comprar su pase, se hubiera prestado al jugador, no se habría perdido tanto dinero.
  • Pocos años después, Cristal pide a préstamo a un delantero argentino naturalizado ecuatoriano. Aunque existió la posibilidad de comprar la carta pase, el miedo a un problema similar al de Ferreyra los hace optar por el préstamo, «El Pájaro» Suárez la rompió en Cristal y se fue, al no poderse renovar la cesión, la figura del préstamo nos hizo perder un jugador valioso.
  • El año pasado, Gabriel Costa fue prestado a Cristal con opción a compra, al finalizar el año quedaba claro que era muy difícil retenerlo por sus condiciones contractuales, Si el mismo Costa no hubiera comprado su pase – de su propio dinero – para jugar en Cristal, hoy no lo tendríamos en el club. Pero esto no es algo que vaya a pasar siempre, aquí el mismo jugador decidió que era más interesante para su carrera tomar las riendas de la situación y resolver el contrato con su club para quedarse donde estuvo prestado.
Ferreyra, Juárez y Costa (USI)

Como ven, muchas cosas pueden pasar en el tema de los préstamos, algunas beneficiarán al jugador, otras a alguno de los clubes involucrados, pero lo que tenemos claro es que lo que predomina es el riesgo.

Volvamos a lo que pasa en este momento.

  • Tenemos a Viana y su suplente es Grados.
  • Tenemos a Joel Sánchez, reemplazando a Lobatón, que debería retirarse este año.
  • Tenemos a Ortiz, en un puesto de delantero por banda, donde también pueden jugar Pacheco, Rojas e incluso Sandoval.

Es decir. en el primer caso, si perdemos a Viana después de un buen año, tenemos que buscar arquero de nuevo. En el segundo, tenemos a préstamo al jugador que llega a reemplazar a nuestro jugador más importante -y capitán- en este probable año final de su carrera. Pero Tigres ha dejado claro que cuenta con él para el próximo año. Es decir, en realidad, es una solución transitoria.

Ortíz nos ha costado mucho trabajo e Independiente ha peleado mucho por sacarle la mayor cantidad posible de dinero a esa transferencia y es posible que, en caso de un buen papel, lo perdamos a medio año.

La preocupación aquí es morir de éxito. Es más que posible que Sánchez se vaya el 2018. Viana es un arquero que ha venido a Perú por minutos y para volver a la selección de su país, en el caso que lo logre, es probable que su club; Santiago Wanderers, lo pida de regreso. El caso de Ortiz me queda menos claro, sospecho que Independiente no lo tenía en sus planes de este año y que todo se podría arreglar en función del dinero que se invierta.

Preocupaciones adicionales, tenemos al menos dos jugadores que están acercándose a edades en que normalmente la carrera de un jugador se extingue: Cazulo y Lobatón. En principio Aquino y Garcés son las soluciones al primer caso y aunque para muchos Távara es la solución a mediano plazo para Lobatón, dudo que en un año esté listo para este trabajo. La presencia de Sánchez en realidad no va a resolver este problema.

Pero en resumen, la situación es esta: Tenemos demasiados jugadores en préstamo y esto es un una capa de riesgo extra, además de una presión sobre el planeamiento del próximo año que no se debería tener tan pronto. Este equipo celeste puede impresionar por nombres -en realidad se ha reforzado apropiadamente- pero el futuro es difuso, a menos que la dirigencia ya tenga en cuenta este problema y esté mapeando las soluciones a estos problemas para el próximo año, me atrevo a decir, que tengo mucho miedo por el equipo 2018.

1 thought on “En Frío: Hipotecar el futuro

  1. No compraria un jugador que ya esta casi para el retiro, salvo que el costo sea rentable, buscaria jugadores libres que por alguna razon que yo pueda manejarlo y que no superen los 24 anos de edad para comprar y vender luego pero es un trabajo de muchos contactos y buen ojo y opbviamente tener el tecnico adecuado. Tiene razon en decir que la columna que viene a reforzar no te garantiza el siguiente ano, creo que los directivos son consientes de eso y LObaton se retira el 2018 y luego de eso el club le prometio ser empleado del CLub veremos que pasa… seguramente para el proximo ano volveremos a buscar un 10 y un 9, quien sabe el futuro, aun que hay un dicho EL FUTURO ES AHORA, si quieres triunfar…

    Con lo hecho por el chela chale ayer, Del Solar debe estar ansioso y pedira con mayor urgencia su delatero nueve jejeje, es bueno meterle presion al tecnico y directivos…

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