Bajo la Piel Celeste: Celeste no olvides tan pronto

Por: Kreuza del Campo

El martes pasado, tras la pesadilla que significó el último partido de locales en la Copa Libertadores, un ofuscado Renzo Sheput manifestaba a la prensa su desazón: aquella noche, el equipo no contó con el apoyo del hincha.

A pesar de la molestia evidente, el volante hacía un mea culpa de lo ocurrido en el grass del Nacional, no le huía a las balas. Por el contrario, ponía el pecho. Por él y por los otros diez compañeros.

En Cristal, Sheput siempre ha sido el de la magia, no por nada al zurdo lo apodaron el “Pincel”. Es que hay que ver los goles de gran factura que anota. De hecho cabría preguntarnos: ¿Sheput sabe hacer goles feos?. Porque ahora mismo mientras escribo este texto, reviso el archivo de la mente y no puedo recordar ninguno.

Identificado con el club desde su debut como profesional, Renzo es un referente indiscutible en el Sporting Cristal, no solo porque la mayor parte de su vida futbolística la pasó en el Rímac, sino porque siempre que ha podido y ha tenido oportunidad, ha declarado abiertamente su amor por los colores.

Hincha dentro y fuera de la cancha, el “Pincel” cuenta entre sus laureles con tres campeonatos nacionales alcanzados con el Sporting Cristal desde 1999 – año en que debutó con la celeste-, además de haber disputado con los rimenses ocho ediciones (contando ésta) de la Copa más importante del continente.

Defendiendo la blanquirroja su primer llamado se concretó en el mejor momento de su carrera, a finales del 2010, mientras defendía los colores de La Equidad en la Liga Postobón de Colombia y fue justamente para enfrentar a los cafeteros por las eliminatorias sudamericanas al mundial de Brasil 2014. Más adelante, en el año 2012, Sheput es nuevamente convocado (por Markarián), esta vez para enfrentar a Chile en un amistoso denominado “La Copa del Pacífico”.

De sus cualidades en el verde, a Sheput no se le puede negar la exquisita técnica, la visión panóramica para el pase largo, la precisión en espacios cortos, los centros envenenados, los pases con etiqueta de gol incluida y cómo no, los magníficos tiros libres. Un punto aparte para una habilidad desarrollada en el tiempo, trabajada a diario, con esfuerzo, como el propio jugador ha reconocido en más de una ocasión.

¿Te acuerdas celeste del tiro libre que el “Pincel” le anotó a Tigre en la Copa Libertadores del 2013? No me digas que no gritaste ese gol con la fuerza de tus pulmones, no me digas que esa parábola perfecta no te robo una sonrisa. No me digas que no inflaste el pecho hasta las nubes al oír todo lo que Diego La Torre dijo sobre el gol anotado: “Juega un fenómeno Sheput; la verdad tiene una galería de recursos entre ellos éste, una pegada formidable, exquisita. El arquero se queda mirando como contemplando algo que ya era una sentencia…(…)”

Ése fue Sheput, el mismo Sheput, que tras anotar el gol del que hablamos, tuvo como primera reacción besar el escudo que reemplaza al corazón en su pecho celeste, para luego dedicar aquella obra de arte a la hinchada.

Es Renzo Santiago, el chiquillo que el “Ciego” Oblitas hizo debutar en 1999, el que se calzó la diez en la espalda tras el retiro de Roberto “Chorrillano” Palacios, el que volvió a La Florida en el 2012 y nos llevó de la mano al campeonato nacional. El que hoy se come su rabia sentado en la banca, cuando el equipo pierde y sin embargo SIEMPRE se encuentra dispuesto a entrar a la cancha para sumar.

Es el compadre de Loba, el socio de Irven, el paño de lágrimas de un desolado Cazulo el día que perdimos la final del 2015 contra FBC Melgar en Arequipa. Es el que te pide que asistas a la cancha, que alientes, que no antepongas ninguna excusa.

Y sinceramente, no encuentro una buena excusa para justificar la falta de amor, de apoyo, de entrega. Quizás deberíamos de conservar por más tiempo en la memoria, momentos como el gol de Sheput a Tigre, para no olvidar tan pronto.

3 thoughts on “Bajo la Piel Celeste: Celeste no olvides tan pronto

  1. Conmovedoras palabras para un jugador que quiso pero no pudo. ¿O pudo pero no quiso?
    Nadie dudará del amor de Sheput y otros como el Loco Delgado por la celeste. Pero como dice el viejo dicho, «no se puede vivir solo de amor».
    La verdad no recuerdo a Sheput llevando al equipo hacia grandes cosas. En el 2012 fueron otros los que lideraron la campaña hacia el campeonato aunque Sheput fue pieza importante, no hay duda de eso.
    Hay que evaluar en su justa medida. Todos recordamos ese golazo a Tigre. Pero también ese penal fallado en el último minuto ante Táchira por la Copa del 2014. Así fue Renzo, unas de cal y otras de arena.
    Llevamos casi 20 años de sequía de ídolos. Ojalá que lluevan pronto.

    1. Se respetan las opiniones futbolísticas. El post pasa por saber reconocer que si alguien tiene autoridad moral para pedir que el hincha vaya a la cancha, ése es Sheput; por su historia, por su entrega, por su identificación con los colores. Solo eso, no olvidar tan de prisa, no ser tan mezquinos. El gol de Tigre fue una linda excusa para hablar de la magia del Pincel. Unidad y apoyo, solo éso nos hará trascender como institución.

  2. Estimada Kreuza, ser miembros de la familia celeste conlleva exigencia mutua. El buen Renzo tiene derecho a exigirnos y a su vez nosotros a él. Es el precio de estar en un grande.
    Como le dije arriba, nadie discutirá su amor por la celeste pero sí le discutiremos su capacidad para transformar todo ese amor en jornadas realmente memorables dentro de la historia celeste.
    El Pincel hizo algunos dibujos bonitos pero nunca una obra maestra.
    Unidad y apoyo han habido. Cristal ha sobrevivido a ataques arteros y grandes crisis gracias a la fe de su gente. Eso se comprobó en el 2007. Quisiéramos todos ver estadios repletos cada vez que juega Cristal, pero bueno, lamentablemente el hincha celeste no logra desmarcarse aún de la apatía del hincha peruano en general, que no lleva en la sangre la pasión que hay en otras latitudes. La unidad además, debe ser promovida desde los altos estamentos del club, que en muchas ocasiones ha hecho oídos sordos a los clamores, muy fundamentados a veces, de la hinchada sobre diversos temas,
    Pero ahí vamos, nos mantenemos.

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