Bajo la Piel Celeste: ¿Qué significa ser hincha de Sporting Cristal?
Por: Kreuza del Campo
La noche del sábado 27 de febrero, minutos antes de iniciar el decisivo encuentro, la asfixiante tribuna popular del adversario parecía venirse abajo sobre los hombros de Diego Penny.
Desde oriente y occidente una lluvia de chiflidos ensordecía el ambiente, mientras toda clase de improperios eran disparados como balas con destino hacia las cabezas de los once de Mariano Soso, que realizaban el trabajo pre-competitivo en cancha.
El ánimo se caldeaba en el reducto blanquiazul azuzado por el encono que desataba la presencia del rimense Gabriel Costa – ex jugador del rival- sobre el terreno de juego. Al uruguayo no le perdonaban la nueva elección y al Sporting, la osadía de haberse llevado al mejor.
Contrario a lo que se pudiera suponer, la presión la tenía el dueño de casa y es que en torno al encuentro, se había creado una gran expectativa. En un inicio se pretendió jugar sin presencia de celestes en las graderías, restringiéndose la venta de boletos; y hasta el final, el ingreso de la hinchada bajopontina fue una incógnita que se resolvió sino horas antes del partido.
Se pusieron condiciones, se forzaron figuras, se fabricaron historias.
En medio de ese ambiente hostil, rodeada de camisetas rivales, sola, y en silencio, por primera vez me pregunté: ¿Qué significa ser hincha del Sporting Cristal? ¿Por qué lo soy? ¿Desde cuándo?.
Y en un ejercicio mental clarificador durante la calurosa noche de verano en La Victoria, las razones aparecieron ante mí como una epifanía.
Yo no soy hincha celeste porque mi viejo o mi abuelo sean del Sporting, yo no soy hincha celeste porque me guste el color de la camiseta, tampoco lo soy porque nací en el Rímac. Soy hincha del Sporting Cristal hace 21 años porque elegí serlo, yo no nací celeste, me hice celeste por decisión propia; porque el coraje de Garay despertó mi espíritu guerrero, porque en la insolencia de Julinho encontré alegría, aprendí a sonreír. Soy rimense porque me enamoró la zurda del “Machi” Pinillos y sus disparos de larga distancia, porque admiraba y admiro a Jorge Soto. Soy celeste porque existió un Julio César Balerio, porque fui testigo y celebré los ‘Chorrigolazos’ y porque a todos ellos los dirigía uno a quien llamaban “El Ciego”, el de la famosa chalaca en la Copa América del 75’, el de Argentina 78’, el delantero.
Soy rimense porque en un universo en donde las opciones estaban totalmente polarizadas -o eras crema o eras blanquiazul-me entusiasmó ser diferente, me sedujo poderosamente la idea de distanciarme del montón, de destacar.
En el 95’, Sporting Cristal se convirtió en el primer y único club peruano en ingresar al Top 15 del Ránking Mundial de Clubes, ubicándose en el puesto #12, la posición más alta a la que haya llegado alguna vez un club peruano hasta nuestros días. Entonces entendí que, efectivamente, yo no era igual que el resto, había escogido bien: Me había hecho hincha del Sporting Cristal, el mejor club de fútbol del torneo peruano.
Irónicamente, mi recuerdo más puntual de 1995, también tiene que ver con Alianza Lima. Era la tarde del 10 de diciembre y mis ojos anonadados veían por primera vez a Sporting Cristal salir campeón de un Torneo Descentralizado, al empatarle el partido al cuadro de La Victoria.
Aquella tarde grité con el alma los goles de Julinho y del capitán Garay, ante un Estadio Nacional que estallaba de júbilo, nos hicimos bicampeones y yo confirmé que de ahí en adelante mi vida no volvería a ser la misma, aquellas imágenes del triunfo jamás me abandonarían.
Y es que este sentimiento que habita mi pecho, creció de manera desenfrenada, inundándolo todo, confundiéndose con mi sangre, recorriendo el espacio desde el corazón hasta el cerebro.
Hoy el sentimiento que nació hace dos décadas me trajo hasta Matute. Sentada en la fila 10 -asiento 32- de la tribuna occidente pegada a la popular del rival, con el escudo celeste debajo de la ropa, grabado en la piel; sentí el piso vibrar en cada intento del contrario por debilitarnos. Gocé en silencio el primer gol de taco y con socarrona alegría, festejé el sombrero del último tanto. Ya estaba todo claro:
Hace 21 años yo elegí ser hincha del Sporting Cristal y lo elegí para siempre.
Que tal coincidencia con lo expuesto por Kreuza, también me hice celeste gracias a esa generación espectacular de los ’90. Eres de la vocal o de los grones? Wiflas, soy celeste por lo que demostraron ser dentro y fuera de la cancha, por la seriedad y el apoyo incondicional con que vi trabajar a doña Katita y a Jaime Noriega (al que también vi trabajar así para el club fue a Cantuarias, al resto ni chicha ni limonada, no pasa nada con estos timoratos), soy celeste porque quise ser diferente, soy celeste porque quiero llegar a la alta competencia internacional.
Saludos,
Lindo que me dejes saber tus propias experiencias. Cómo no emocionarnos con esa generación triunfadora? Tanto como me emociono hoy en día con la idea de Soso, o como me emocioné antes con Ahmed y así…El amor es constante y más el que nació en el corazón y se conserva intacto en la cabeza. Fuerza Cristal toda la vida!
Coincido plenamente con lo expuesto por la srta. Cronista… Yo puedo decir que en la época de los 90 antes del logro del tricampeonato yo empecé a ver fútbol y me hastiaba la idea de que había hinchas por sus familia, por sus amigos y por donde nacieron, incluso por el color de su piel…. Estupidez más grande… Igual que la señorita quise ser diferente y vi en Cristal de Navarro, Baldessari, Antón y Maestro, antes de la llegada de Julinho, ví un estilo de juego que me intereso y me identifique con eso… Me gustó y hoy poco más de 24 años después, me siento plenamente identificado y satisfecho de la elección qué hice, el mejor club del Perú, por la seriedad con la que se manejan dirigentes, futbolistas e hinchas… Somos DIFERENTES, seamoslo SCIEMPRE…
No sabes lo que me emociona dar en la fibra exacta de la persona del otro lado de la pantalla. Lo que me cuentas es magnífico, saber que lo que siento por Cristal, también lo siente otra persona es el mejor de los regalos. GRACIAS! Y sí: Somos DIFERENTES, seamoslo SCIEMPRE.
Muy emotivo artículo para variar 🙂 me hice celeste por motivos parecidos, cambie de colegio al iniciar secundaría y no era hincha de nadie ni muy seguidor del futbol, en mi nuevo cole todos eran peloteros, la mayoría eran hinchas de los compadres con más pena que gloria y un par de melgarianos pero no me atraia ninguno de ellos porque nunca lograban nada y solo hacían escándalo, uno de mis amigos me dijo que viera los partidos del Cristal que jugaban bonito y era equipo serio, sin roches ni amigos de la noche, además su estadio se llamaba como nuestro cole San Martin de Porres, fue el 95, me encanto lo que descubrí; una isla en medio de tanta cosa plana, la magia del Chorri, el endiablado Julinho, el Viejo y su carácter, el gran capitan Garay, Soto, Solano, Pinillos, Maga; un himno positivo que no le cantaba a la violencia sino solo a alentar, eso era lo que me conquisto y luego aún en los malos momentos siempre estuve orgulloso de la celeste, por ser un ejemplo en las alegrias y desventuras. Fuerza Cristal hoy tenemos otro encuentro con la gloria.
Oh,! Tu respuesta al post es igual de emotiva y me encantó leerla! Eso seduce, lo que dices, un equipo que se dedica a jugar, que es disciplinado, entregado, diferente y que además toca la bola como los dioses, es efectivo, corajudo pero serio, sin alharacas. Coincido contigo, ni en las peores goleadas he dejado de sentirme orgullosa de haberme hecho celeste. Este sentimiento que nos diferencia, también nos hace fuertes. Un abrazo y gracias por leer el post.