Palabra Justa: «Una golondrina no hace el verano»

Partido histórico. No hay otra descripción. Sporting Cristal, después de perder 3-0 con la Universidad San Martín, fue a Avellaneda realmente con la mentalidad de sacar los tres puntos. Lo dijo Cazulo: “De corazón les digo, vinimos acá porque necesitábamos los tres puntos, sino nos hubiéramos quedado en Lima”. Y claro, en la intención de la propuesta del equipo rimense en el “cilindro” de Avellaneda, se vio que se iba por los tres puntos. Nunca se perdió la intención de controlar el partido desde la posesión.

Veamos un poco la propuesta del Sporting. Cristal comenzó bien el partido, pero también lo termino bien. ¿Faltaba eso no? Ahí esta el trabajo pues. Pero claro, no le reventamos tantos cohetes al equipo. Por supuesto que fue un partido histórico y un triunfazo, pero yo soy del Sporting Cristal y siempre voy a pedir más. En el primer tiempo vi a un Cristal con intención de defenderse con la pelota. Un Cristal que la cuidó muy bien. Y es ahí donde, en mi opinión, resalta el primer error del equipo. Cristal la tuvo y entretuvo entre los centrales – de muy buen partido ambos por cierto – y entre los volantes y laterales de primera línea. Ahí se pasó la mayoría del primer tiempo.

Por supuesto que el hecho mismo de que un equipo peruano haga eso, y contra el campeón argentino todavía, ya es un logro. Pero faltó esa personalidad para ser profundos. Se ganó confianza a raíz de pases al ras, pero nunca se ganó la convicción para filtrar una pelota o arriesgar con algún volante desdoblando o acercar nuestra posesión más hacia arco rival. Pero les pido tranquilidad, estoy seguro que la vamos a encontrar. A ese factor también le sumo la falta de confianza que tuvo Horacio Calcaterra. Horacio comenzó con unos 5 primeros minutos excepcionales, quitando todas y haciendo jugar, pero su confianza se vio afectada cuando perdió una pelota en salida alrededor de los 10 minutos. Desde esa pérdida, Horacio empezó a fallar pases y perder pelotas, eso hizo que se enfoque más en la marca y le deje la distribución a Carlos Lobatón.

Algo que también me gustó del equipo fue el retorno en bloque. Una vez que el equipo salía del fondo y perdía la pelota en cancha de Racing Club, todos, absolutamente todos, retornaban para estar por detrás de la línea de la pelota. Formábamos bloque y tapábamos las líneas de pase de la “Academia” obligándolos a recurrir al pelotazo y a mostrarse desorientados. Y es así como Cristal se encontró más cómodo en la cancha. Pero no me malentiendan. Estar más cómodo no significa ser superiores al rival, o estar más cerca del gol. Estar más cómodo significa ejecutar mejor tu plan de juego. Con más fluidez.

El segundo tiempo tuvo un trámite similar. Racing seguía intentando con Acuña, Camacho y principalmente con Bou, pero este último estuvo desaparecido. Un tal Josepmir Ballón, con pinta de terrorista islámico, lo mantuvo al margen del partido. No lo dejó hacer nada. Josepmir demostró que juega bien en todos lados. Un todo-campista de naturaleza, pues entiende todo. Qué mal hemos contrato este año, ¿no?

Y tras un lateral de Josué Estrada, Carlitos, que nuevamente y gracias a dios, estuvo en su versión “all-star”, pesca un rebote afuera del área y le mete un pase en callejón a Irven Beybe. El mismo Ávila, con inteligencia de sabio, nos confirmó que el freno es más importante que la aceleración, tras un enganche repentino en la línea de fondo, mandando a comprar pan a la zaga de Racing y diciéndole al “Loba”, “conviértete en héroe”, y a Carlitos no le quedo otra que mandarla al fondo, dejándonos en claro que es un volante que agita el engranaje ofensivo de Cristal y llega al área. Golazo.

La Academia, después del gol, se vino con todo. Al ritmo de la gente, los ataques empezaron a llegar y los celestes no sabían si refugiarse o seguir con la posesión. Parece que se acordaron de los demás partidos, y tras ordenes previas del “Turco” Ahmed siguieron intentando jugar por abajo, a lo peruano. Llegó el empate de Racing, una jugada de pizarrón para ponerla en un marco. Otro golazo, y la gente Celeste, pero de la Florida, se quedó en “mute”.

Cristal siguió jugando a lo suyo. Cazulo asumió el rol de figura estelar y empezó a sacar al equipo con su empuje, pero esta vez lo juntó con sus ganas de jugar al fútbol. Gracias “Piqui”. Y el empate llega gracias a un centro del lateral-volante Alexis Cossio, el cual jugó un partido más que aceptable, que se metía con veneno al área y un central de la “Academia” tontamente pone los brazos en la espalda del mañoso Irven, el cual se deja caer y penal. Penal. Penal. Penal claro para mí. Y quien más que Carlitos Lobatón para encargarse de tatuar el gol a los 80 minutos de juego. Algarabía en todo el pueblo bajopontino. El equipo ahora sí supo mantener la eficacia defensiva que demostró y nos quedamos con los tres puntos. Hicimos historia.

Ahora, el propósito de esta nota es que no se nos suban los aires. Ya hicimos historia ganando en Avellaneda, pero sería un fracaso entonces quedarnos en grupos. El grupo se puso complicado tras la goleada que Guaraní le propinó a Táchira por 5 a 2, pero tengo una buena sensación. Acordémonos que “una golondrina no hace el verano” y mantengamos los pies sobre la tierra. Somos Sporting Cristal y ¡siempre vamos por más!

Salud Celestes.

2 thoughts on “Palabra Justa: «Una golondrina no hace el verano»

  1. Me parece MEZQUINO mencionar la derrota ante la San Martin , sabiendo que Cristal viene con una SEGUIDILLA de partidos y ademas que el equipo que perdio estaba conformado por SUPLENTES.

    Por lo demas concuerdo con varias cosas.

    Saludos.

    1. No debemos de pensar que jugamos con suplentes o equipo alterno. Todos son parte del plantel y se supone que todos están para estar. Menciono la derrota para marcar el contraste y darle más importancia a la victoria en Argentina. Y sobre la seguidilla de partidos, no concuerdo para nada. Cristal debe de estar en un nivel en el cual pueda jugar; Domingo – Miercoles – Domingo. Pero claro, ese nivel no lo tenemos ahora, pero ojalá lo lleguemos a tener. Saludos.

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