Las del estribo – La Noche de la raza celeste

Por: Ernesto Arrascue

La Noche de la Raza Celeste fue el fin de la angustiosa espera para volver a ver al equipo que tanto queremos. Fue una noche no solo de alegría, sino también de expectativa y de emoción. Fue un reencuentro, con Sporting Cristal, con sus jugadores y con el fútbol. Pero, al mismo tiempo, fue un nuevo inicio: el primero de muchos partidos que habrá que jugar este año en el que no solo nos espera el torneo local, sino también la Libertadores. El primero de muchos partidos en los que nuevamente habrá que salir a proponer, a mantener y mejorar el estilo que nos caracteriza y nos hizo campeones el año pasado.

A diferencia de otros años, esta vez me sorprendió ver a un equipo mucho más suelto y con más fútbol que en otras ocasiones. No quiero decir con esto que los jugadores ya estén a un cien por ciento luego de la pretemporada, pero sí era evidente que la recuperación, luego de los exigentes trabajos de inicios de año, había sido más rápida. Es rescatable también que el rival, al igual que el del año pasado, haya sido un equipo de primer nivel, como el LDU. Atras quedaron aquellas apabullantes goleadas contra rivales muy inferiores que, al final, resultaban engañosas. Este año la competencia será fuerte y equipos así ayudan a ver el verdadero nivel en el que nos encontramos.

Y por lo visto, si bien en defensa el equipo dejó algunas dudas, estas parecen subsanables gracias a la incorporación de jugadores con mejores capacidades defensivas, como es el caso de Ballón, quien demostró que se puede adaptar a varias posiciones según se le necesite y como el argentino Martínez, de buen juego aéreo pero todavía algo inseguro en los cruces. Arriba, en cambio, las variantes son muchas y muy interesantes. Tanto el equipo que jugó el primer tiempo como quienes los reemplazaron en el segundo, demostraron que, cuando ataque, este Cristal va a ser muy difícil de detener. Los dos goles fueron una clara muestra de ello: un lujo de Blanco y una buena jugada colectiva que terminó en una mejor definición del juvenil Urquiaga. De medio campo para arriba este Cristal cuenta con jugadores de buen pie, otros definidores, veloces y encaradores. El dolor de cabeza esta vez será para el comando técnico, que tendrá que decidir quienes juegan y quienes no.

De todas maneras, que la emoción no nos impida ser realistas. Si bien a nivel local tenemos la obligación de campeonar, a nivel internacional esto es mucho más complicado. El nivel de la Copa Libertadores es mucho mayor y aún hay que trabajar mucho para estar a la par de los grandes equipos del continente. Que eso no quite, sin embargo, que ganarla sea una meta que la institución deba trazarse y que el actual equipo se esfuerce por hacer el mejor papel posible en esta edición.

Que los siguientes amistosos sigan afinando la máquina. Habrá que llegar de la mejor manera al momento en que empiecen las competencias. Queda claro que hay motivos para ilusionarse.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *