La Cancha: Sporting Cristal 2 – Cienciano 0

El rival más difícil siempre es el siguiente. Muchos lo dicen, pocos lo creen de verdad. Y el problema de eso es que la realidad no suele ser de las que no creen en esa máxima. Y el sábado, en el Gallardo, se vio con claridad que si Sporting Cristal jugaba este partido pensando más en el que se viene este jueves, pues se habría complicado mucho.

Si así nomas, a pesar de toda la concentración y seriedad que transmite el equipo, el partido fue complicado; imagínate lo que hubiera sido si Cristal habría salido a la cancha con soberbia y autosuficiencia. Felizmente no fue así. Este 2014 ha sido lo suficientemente duro como para que a nadie en el equipo – en el banco y en la tribuna, también – se le ocurra ver por sobre el hombro a cualquier rival.

Cienciano, por otra parte, entendió su papel de ofrenda y se resistió al sacrificio semanal. Intentó cerrarse atrás y empezó a dilatar el juego desde temprano colaborando de esa manera a la ansiedad que sí llevó el equipo rimense a la cancha desde el camerino y que las tribunas, inexplicablemente desesperadas, ayudaron a resaltar. Un Cristal ansioso, entonces, nubló sus propios caminos que aparecían tan claros rumbo al arco cusqueño. Fue la ansiedad la que evitó que Cienciano termine indemne ese parcial. Cristal necesitaba calmarse pronto y aprovechar la siguiente que creara. Lo peor que podía pasar para esa ansiedad era que el gol demorase en llegar y que la superioridad rimense tardase más en transformarse en gol.

Para el segundo tiempo, Cristal jugó mejor con sus propias opciones. Con mayor criterio y mas tranquilidad definió el partido en 5 minutos. Beto Da Silva tras gran centro de Carlos Lobatón y Edinson Chávez culminando una pelotera en el área chica cusqueña apagaron todas las alarmas y se llevaron la ansiedad del Gallardo. Dejando al equipo, al banco y a la tribuna en una situación apacible.

El resto del partido fue corto en emociones. Cristal manejó el partido con criterio y Cienciano, viendo que Cristal bajaba el ritmo, intentó con más ganas que otra cosa. No hubo novedades en los minutos restantes. Cristal sabe lo que se juega este jueves y entendió que no valía la pena arriesgar físico ni jugadores en un partido resuelto y que podía controlar con suficiencia, como en efecto lo hizo.

Se superó, entonces, a Cienciano y ahora vemos de frente al clásico con el rival que pelea el Clausura junto a nosotros. Un triunfo nos podría a puertas de obtener un logró que casi todo el año vimos muy lejos. Es imposible no ilusionarse, es difícil no estar nervioso, pero es igual de difícil no confiar en este equipo de hombres que en los últimos partidos han demostrado que no nos falta nada para superar este escollo. Y más aún porque no tenemos lesionados ni suspendidos. Cristal va a enfrentar este partido con lo mejor que tiene.

Llegó el momento definitivo del campeonato, señores. Que nos encuentre a todos en nuestros lugares. Ellos en la cancha y nosotros en la tribuna. Ellos dejando todo y nosotros alentando. Por que esto no es sólo un partido de fútbol, es un choque de historias, es un choque de formas de entender el fútbol y, en algunos aspectos, hasta la vida. Y nuestra camiseta sabe, con tan sólo poco más de la mitad de años que el rival, de más alegrías y más momentos definitivos que resultan felices. Las estadísticas sirven de referencia y los casos recientes pueden quizá ser favorables al rival, pero la historia de Cristal está hecha de definiciones, de victorias y de triunfos. Eso es innegable. Muchas de esas victorias, acuérdate Cervecero, fueron logradas frente a este mismo rival. Nuestra camiseta sabe muy bien lo que es alzarse victorioso frente a los de azul y blanco. Es hora de ser coherentes con nuestra historia y honrarla, ratificándola.

Todo este año, lo alto y lo bajo, las críticas y los aplausos, los desencuentros y las uniones, todo nos ha traído a este momento. Es hora de demostrar de qué estamos hechos.

Es hora de demostrar que somos Sporting Cristal.