Las del Estribo. Décimo primera fecha del Torneo Apertura 2014

Hace unos días, con motivo del tema que se planteó en la página sobre por qué Cristal ahora sí y antes no, afirmé que no podía estar seguro todavía que este equipo hubiese alcanzado su mejor versión. Lamentablemente, el partido contra Alianza me hizo confirmar esta idea. Una vez más el rendimiento individual y colectivo del equipo decayó, mostrándose incapaz de sublevarse ante un planteamiento incómodo, trabado y de mucha marca. Nuevamente regresamos a las imprecisiones, a los errores que nos llevaron a perder la última oportunidad de acercarnos al primer lugar de la tabla.

Lo sorprendente es que en el partido de hace unos meses, por el Torneo del Inca, se jugó mucho mejor. Cristal fue muy superior a los íntimos, a pesar de que terminaron ganando con un gol producto de una pelota parada. Ahora, que se suponía que se estaba jugando mejor, nos dejamos arrastrar por la propuesta aliancista. Fue evidente que se tomaron las precauciones para evitar que nos anoten de la misma manera, sin embargo esta vez el equipo pareció olvidarse de jugar bien, de repetir lo bueno que había venido mostrando las fechas anteriores.

Los cambios nuevamente fueron intrascendentes. No hay en el banco jugadores capaces de desequilibrar o marcar la diferencia en partidos de este tipo. Esta vez Lobatón salió cuando estábamos con el marcador en contra. No fue una decisión acertada del comando técnico. A pesar de su bajo rendimiento, se trata de uno de los pocos jugadores capaces de cambiar el curso de un partido en una jugada. Tal vez la única esperanza de empatarlo ya que Cristal no mostraba ningún atisbo de reacción.

¿Cómo explicar estos vaivenes del rendimiento cervecero? Sporting Cristal tiene uno de los mejores planteles del medio, el problema es que esto no se demuestra en la cancha. Si bien las decisiones técnicas siempre van a tener responsabilidad en el desempeño del equipo, la actitud que muestra cada jugador dentro del campo, sobretodo en partidos trascendentes como el del domingo pasado, dista mucho de ser la que uno espera ver. No se notan las ganas, falta ese esfuerzo extra que hay que poner cuando las cosas no están saliendo bien.

Con este campeonato algo lejos de nuestras posibilidades, solo queda aguardar el Clausura y que llegue, al fin, el momento en que este plantel (que muchos otros equipos que se encuentran arriba nuestro en la tabla envidiarían) explote de una buena vez. No caerían mal un par de refuerzos importantes, la competencia interna siempre motiva, tal vez el hecho de que algunos jugadores se sientan seguros e inamovibles como titulares esté mermando en su rendimiento.

Mientras tanto, parece que tendremos que seguir esperando. Una espera que de tan larga ya empieza a hacerse incómoda y algo frustrante.

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