Las del estribo – Primera fecha del Torneo Apertura 2014
Lo mejor del empate de Cristal es que podré iniciar esta columna diciendo algunas cosas que, de haberse dado un resultado adverso, parecerían pretextos o excusas. Pero no lo son, bajo ninguna circunstancia. Es solo un breve comentario sobre una nueva y triste confirmación de las penosas condiciones en las que se juega el torneo profesional en el Perú. No podemos pedir que nuestros clubes sean competitivos a nivel internacional, si al menos no se ofrecen algunos de los requerimientos básicos para jugar un partido de fútbol: un buen campo de juego y un nivel arbitral no digamos brillante, al menos aceptable. De nada sirve que existan clubes que se manejen de manera profesional si la organización del campeonato local parece tener un nivel amateur. Mientras los equipos sigan jugando en canchas sintéticas y existan arbitrajes tan malos como los del señor Garay y sus asistentes en Cajamarca, perjudicando a los dos equipos, nada va a mejorar.
Pasemos a hablar del partido.
El inicio para Cristal no fue el mejor. Si bien la oportunidad más clara la tuvo Yotún, perdiendo un gol solo frente al arquero, fue UTC quien abrió el marcador en una jugada en la que se marcó mal, con cierta displicencia y en la que Penny pudo hacer bastante más. En los siguientes minutos el dominio estuvo repartido y las ocasiones de gol también. Garay seguía cobrando todo, los jueces de línea viendo posiciones adelantadas donde no las había y la pelota dando botes impredecibles y piques extraños. Hasta que llegó un tiro libre y Lobatón, el capitán, colocó la pelota en un lugar imposible para Ferreyra, igualando el marcador.
Cuando parecía que todo iba a mejorar apareció la irresponsabilidad de dos de los jugadores más importantes del equipo. Es lamentable que sean ellos, sobre todo Yotún, porque en el caso de Advíncula la segunda amarilla podría interpretarse como un poco exagerada, quienes compliquen al equipo cuando más se les necesita. En anteriores columnas he elogiado el juego de Yoshimar, quien debe ser actualmente uno de los mejores futbolistas nacionales, pero que al parecer debe tomarse un poco más en serio su participación en el torneo local. Con nueve hombres, un árbitro con ganas de ser protagonista y en la altura, todo hacía pensar que la historia terminaría mal.
Sin embargo, el segundo tiempo fue muy distinto a lo que se podía esperar. El UTC no fue un equipo avasallador, pese a contar con dos hombres más en la cancha. Al contrario, la defensa de Cristal supo resolver con tranquilidad los pocos intentos ofensivos del cuadro cajamarquino. Arriba, bastaron tres hombres para llegar y causar mucho daño: Calcaterra, Lobatón y Ávila generaron casi todas esas claras ocasiones que no se pudieron definir y por las que no nos quedamos con los tres puntos. Al igual que contra Alianza en el Torneo del Inca, Cristal fue muy superior. Al igual que aquella vez, no ganamos un partido que claramente estuvo a nuestro favor.
Si bien es destacable la actitud y el replanteo durante el segundo tiempo, quedará la preocupación, esperemos solo hasta el partido contra Melgar, de los goles y los puntos perdidos. A pesar de todo, fue un gusto volver a ver al equipo en una cancha, con toda la ilusión de conseguir un nuevo campeonato. Así como también es un gusto escribir de nuevo esta columna.