Nada que ponerse
En este 2012, que tan bien nos ha ido en los ámbitos institucional y deportivo, hemos tenido la mala suerte de tener algunos compañeros de viaje que no estuvieron a la altura. No todos, felizmente, pero uno de ellos ha sido – desde mi punto de vista – Umbro.
Allá por el 2010 yo saludé mucho la llegada de Umbro por varias razones. Empezando que con Joma nunca hubo un feeling especial, pasando por el hecho de que Umbro era una marca ligada a la etapa más bonita de nuestra historia y también porque sus modelos tenían ese toque de simpleza y sofisticación que hicieron que tengan altísima demanda. La camiseta modelo 2010, por ejemplo, debe ser la camiseta de Sporting Cristal que más se ha vendido en la historia del club y eso ya es decir.
Pero este 2012 Umbro no ha estado a la altura de lo que la hinchada esperaba. Si bien los modelos que sacó a la venta resultaron agradables – especialmente la camiseta azulina alternativa – las campañas de introducción del producto fueron, de tan pobres, insultantes. A inicios de año Umbro hizo una presentación de la camiseta del rival a quien también viste con una gran parafernalia. Es entendible que las razones de marketing indiquen que para ese rival – y ese mercado – se tenga que hacer un procedimiento algo más amplio pero pasar de eso a la irrisoria campaña de marketing y presentación de nuestra camiseta 2012 fue poco menos que un agravio. La camiseta celeste tuvo una campaña de ¡dos días! consistente en tres banners puestos en la web y recién salió a la venta en la mañana del mismo día de presentación del equipo. Poco más y no la sacaban.
La camiseta azul, que esta última semana han vuelto a sacar a la venta con motivo de la obtención del campeonato, fue otra muestra. Sacada a la venta con muchos meses de retraso, el pequeño lote se acabó muy rápido sin que se repusiera en tiendas. Y eso, claro está, para no hablarte de las camisetas de entrenamientos y demás indumentaria que usualmente está a la venta pero que este año no se encontraba por ningún lado.
En todo caso, podría argumentarse que es decisión legítima de Umbro vender o no vender la ropa que fabrica. Pero el problema venía a que, en el cumplimiento de sus obligaciones ya no con la hinchada sino con el club, la subsidiaria peruana de la marca inglesa tampoco lo hizo mejor. Según me comentaron en el club, la ropa llegó en lotes irregulares usualmente tarde, mal y nunca. Ya a mediados del año empezaron a haber problemas en el stock de ropa ya que las camisetas usadas no eran repuestas de forma pronta. Las divisiones menores tuvieron que usar ropa sobrante de años anteriores, en algunos casos hasta de la marca Joma, y un lote de las camisetas alternativas fueron entregadas al club sin ser azulinas sino claramente violetas. En fin.
El tema es que el contrato con Umbro terminaba este 2012 y el club decidió ponerle buena cara al mal tiempo y por ello incluso jugamos algunos partidos con las camisetas blancas modelo 2011, algo que no debería pasar en ningún club que cuente con una sponsoría de ropa deportiva seria. Se entendió que los contratos se cumplen, idea base en el Rímac, y se esperó con tranquilidad la llegada del 2013 en el que nos tendría que vestir otra marca. Los contactos se hicieron, Umbro – al más puro estilo de CMD – se resintió ante nuestra decisión de no renovar el contrato e hizo que su servicio sea – si eso fuera posible – aún peor. Los rumores empezaron a circular en el sentido de que sería Adidas la marca que nos brindaría ropa deportiva el 2013 y a las pocas semanas eso se hizo definitivo. Digamos que desde septiembre ya se sabía que el próximo año Cristal ya no tendría los rombos de Umbro sino las tres franjas de la marca alemana.
Pero … algo pasó. O dejó de pasar, en este caso.
Yo me enteré de este detalle en los primeros días de diciembre. Como es usual, los contratos de Sporting Cristal son guardados celosamente – y eso está muy bien – por lo que los detalles de los mismos no son conocidos. Y al parecer el contrato que se firmó con Umbro incluía una cláusula que es usual en contratos de esta naturaleza. ¿Qué decía la bendita cláusula? Pues decía que, finalizado el contrato, Umbro mantenía la prioridad para su renovación y que, en caso Sporting Cristal recibiera una oferta de otra empresa, igual se renovaría con Umbro siempre y cuando ésta igualara o superara el monto total de la oferta realizada por la otra empresa.
En buen cristiano: que si Adidas venía y ponía sobre la mesa una oferta de mil, Umbro se quedaría si es que igualaba esos mil o los superaba. Osea, ponía mil uno y se quedaba. Y Sporting Cristal, en virtud de esa cláusula, estaba obligado a desestimar la otra oferta y renovar con Umbro. Una cláusula usual en este tipo de contratos.

El modelo de camiseta del 2004 fue la última que hizo Adidas para Sporting Cristal y, según la opinión de muchos, fue una de las camisetas más bonitas que hemos tenido.
Pero, claro, para esto existía un procedimiento especial que consistía en que Sporting Cristal debía comunicar a Umbro la existencia de la nueva oferta y darle un plazo de equis días para que Umbro pensara y decidiera si igualaba o no la oferta.
Ya. Hasta donde sé, esto último no sucedió.
¿Qué pasó entonces?
Que, molestos uno con otro Umbro y Cristal, no hubo mucha comunicación. Cristal entendía que había un incumplimiento por parte de Umbro, vino Adidas e hizo su oferta y, como Umbro estaba – en teoría – en incumplimiento, no se le pasó la carta. O algo por ahí.
Hace unas semanas, me enteré que Umbro ya había movido su área legal en procuras de lograr – de la forma que resultase necesaria – que la cláusula que te comento se haga valer. Claro, como Cristal ya estaba por salir campeón y sus otros dos equipos patrocinados (Universitario y Universidad San Martín) no estaban para la faena, de pronto para Umbro empezamos a ser un cliente estrella y no la tercera rueda del coche como nos hicieron sentir el resto del año. Umbro empezó a sacar publicidad por todos lados (mucha más publicidad que la que hicieron para el lanzamiento de nuestra camiseta 2012) y empezó a autonominarse “hincha de Sporting Cristal” (lo que causó las más variadas carcajadas entre todos mis conocidos) y a recordar al mundo entero que ellos estuvieron en nuestros mejores momentos (1996, 1997 y 2012).

Colección de banners publicitarios de Umbro. Los banners, evidentemente, son propiedad intelectual de Umbro, al igual que su marca, por lo que esta imagen está acá en razón del “Fair Use” contemplado en las normas sobre derecho de propiedad industrial.
Luego hubieron ciertos rumores en el sentido de que Umbro y Sporting Cristal estaban “limando asperezas” y que era posible que el contrato de marras termine renovándose.
Pero … y ojo con esto … hasta donde sé Adidas considera que el trato con Sporting Cristal está cerrado e incluso el lote de ropa de entrenamiento para el 2013 debería estar siendo entregado en los próximos días en La Florida.
¿En qué va a terminar todo esto?
Pues no sé, mi chamba es contarte lo que sé, no dármelas de adivino. Pero, ya sea de un lado o de otro, creo que este tema puede tener para un par de vueltas más. Esperemos que con un buen arreglo y sin mucho ajetreo de por medio.
En todo caso, yo creo que si Umbro tendría que quedarse, debería realizar ante el club un compromiso claro de mejora en la atención. Sporting Cristal podría estar limitado por una cláusula contractual pero eso no implica que debe olvidarse este año como si nada hubiera pasado. En todo caso, de no obtener eso, lo mejor sería buscar la participación de una tercera marca y ver las formas legales y contractuales de hacer ese paso sin generar problemas al club.
Suena complicado pero no imposible.
Mientras tanto, se puede aceptar apuestas.