El Cristal que quiero ver, octava entrega: Un primer paso en un largo camino…
Por: Jorge Rodríguez
¿Cómo se podría calificar este año en menores…?
¿Cómo podríamos ponerle nota a los equipos en general si el proceso recién comienza?
¿Está el proceso en el camino correcto?
Creo que esta última pregunta es la que necesita ser analizada en su totalidad. Analizar un proceso en menores a la luz de los resultados sería caer en el mismo mal que hemos padecido el año pasado cuando la búsqueda del talento se soslayó ante la imperiosa necesidad de asegurar un puesto logrando “títulos” (un entrenador llegó a justificar su actuación diciendo que habían sido campeones de la primera rueda). En fin, lo cierto es que el año pasado no se logró ningún título en las distintas categorías pero se logró el título del puntaje acumulado
¿Campeones?
Haciendo un rápido análisis de la situación a finales del 2011, teníamos cinco categorías, además de la reserva, sin que se pudiera promover algún talento ni lograse destacar algún jugador con sello personal de algún entrenador. Las denuncias por cobros, maltratos, discriminación, incapacidad y sospechosa anuencia por parte de la directiva eran tema de conversación cada día al punto que llevó a muchos padres a retirar a sus hijos del club por las causas mencionadas. El caso mas sonado fue el de Lucas, hijo de Julinho. Tanto padre como hijo fueron ridiculizados por algunos profesores de manera abierta frente a los muchachos de distintas categorías con comentarios fuera de lugar. Si bien es cierto Lucas no alternaba con regularidad en el equipo de la categoría 95, era trabajo de los profesores incentivar y promover su talento. Lástima que ellos no lo vieron y si lo hicieron en Inglaterra donde actualmente juega. Y si ese era el proceder con el hijo de un ex jugador y referente, ¿qué cosa podrían hacer con otros muchachos?
Durante el 2011, las categorías 92 y 93 no sacaron ningún muchacho hacia mayores con proyección. Las figuras de Claudio Torrejón, Tarek Carranza y José Granda quedarán como anécdotas hasta que en algún equipo logren recuperar el nivel que mostraron en menores. La aparición de los hermanos Da Silva tal vez sea lo más relevante de ese año. Beto, que apareció como delantero en la categoría 96, jugó este año por tres categorías y destacó en todas. Pero esta aparición no fue mérito de algún entrenador. Ese muchacho fue traído a Cristal por su padre quien nos prefirió (previa recomendaciónd e Julinho) antes que que a la U o San Martín. Las figuras prometedoras de Pedro Aquino y Carlos Velarde, que tuvieron hasta minutos en el primer equipo de Juan Reynoso, naufragaron en medio de los errores técnicos que terminaron relegándolos frente a otros jugadores, con mucha más prensa, no tienen su nivel: Polo y Flores.
Así acababa el año 2011, como “campeones” de algo que no se entendía y por lo cual los entrenadores sacaban pecho sin considerar el daño que ocasionarían para los años venideros. Sin embargo, antes de finalizar el año, la supuesta anuencia por parte de la directiva se tornó en acción diligente para remediar los hechos. En noviembre de 2011, Francisco Melgar asumió el mando en menores en medio de las piedras dejadas en el camino por acción y omisión de sus predecesores.
Terceros
¿Será posible decir que este 2012 fue un buen año a pesar de que terminamos al tercer lugar en el acumulado?
La respuesta lógica y simplista podría ser que no. Pero la simplicidad no siempre es el mejor consejero. Por el contrario, el análisis nos lleva a calificar de mejor manera este 2012 con respecto al 2011. Se logró el campeonato en dos categorías siendo una de ellas la sub-18 que es la más importante en menores. Luego logramos quedar segundos en dos categorías, terceros en otra y quintos en una. A nivel de resultados tampoco es que haya sido un mal año además que los dos equipos que nos superaron (Esther Grande de Bentín y la Universidad San Martín de Porres) tampoco es que nos hayan llevado mucha ventaja. Fueron menos de 10 puntos, acumulados de seis categorías, los que nos separaron de repetir el campeonato en el acumulado del año pasado. Si ese título nos quitara el sueño, el cuerpo técnico de menores podría estar arrepintiéndose de algunas decisiones como hacer jugar muchachos en categorías superiores, en desgastarlos promoviéndolos a reserva o sub 18, en hacerlos entrenar fuera de su categoría para hacerlos crecer. En fin, podríamos empezar a arrepentirnos por perder o empatar partidos que en el papel eran fáciles.
Claro, lo fácil hubiera sido era hacer jugar a lo mejor que se tenía. Lo difícil, y lo que se debe hacer, era buscar el talento y promoverlo, afianzarlo, darles otras pautas y roce. Y precisamente por hacer lo difícil por resignar puntos en un campeonato que a la larga no deja réditos, logramos que algunos jugadores crezcan. Ahí tenemos ejemplos como los de Carlo Urquiagaquien jugó en la reserva cuando pudo haberse quedado en su categoría sub 18, Alexis Cossio quien también jugó en reserva siendo categoría 95, de Pedro Aquino y Yair Clavijo que alternaron en reserva y sub 18 siendo ellos 95, de Bryan Guerrero que alternó en sub 18, de Yamir Oliva y Beto Da Silva que jugaron por la 95 y sub 18 siendo 96, o el caso de Eduardo Rabanal de la 97 jugando por la 96.
En fin, gracias a esas decisiones que privilegiaron lo importante (el desarrollo del talento), el crecimiento de muchos muchachos se ha visto este año. A algunos padres de los mencionados se les había acabado la fe de que sus hijos sean jugadores, no por falta de talento sino mas bien de oportunidades.
Hoy sí podemos hablar de muchachos con talento y con proyección. Tenemos a los chicos de la categoría 95 que el próximo torneo serán la categoría sub 18: Carlos Grados, Ramon Rengifo, Luciano Da Silva, Bruno Pajuelo, David Maguiña y Jorge Samillán que se unen a los nombres ya citados de la categoría, Guerrero, Cossio, Aquino y Clavijo que seguramente alternarán entre reserva y esta categoría. A los chicos de la 96, con un bastante talento en mitad de cancha con Renzo Sussonni, Alexis Rojas, Patrizzio Panty, Joseph Floreano y Henry Vega sumándose a los delanteros Oliva y Da Silva. Por la categoría campeona, la 97, tenemos a Juan Carlos Asca, Alvaro Bravo, Cristian Maquera y en general, un muy buen equipo que el próximo año consolidará más nombres. Las categorías 98 y 99 son nuestras precalichines y necesitamos ver en ellos valores con la seguridad de que va a haber algo sorprendente pero, paso a paso. Estos muchachos deben ir madurando antes de que una nota periodística o el halago de un padre quieran hacerlo ver como si fueran jugadores consagrados. Si a un muchacho de 18 años se le pueden perdonar errores porque aún le faltan formación y roce, imagínense a uno de 13 o 14 años. Sin embargo, vemos mucho talento y capacidad en estos muchachos.
Es indudable que se ha dado un paso, grande o pequeño eso está en el análisis de cada uno de Ustedes. Particularmente creo que lo importante es que se está encontrando el camino. En el club se sigue hablando de una reestructuración en menores en función de un plan estratégico que ha sido forjado con mucho trabajo y mucha investigación. Un plan de trabajo en menores que rescata los logros de otros equipos en el continente y que ha sido modificado para aplicarse a nuestra realidad. Un plan de trabajo ambicioso y profesional que nadie aplica en el Perú. Es evidente que introducir esas correcciones y esas menores son necesarias con miras a asegurar el objetivo principal, que es el de formar nuevos valores.
Nos referimos a, por ejemplo, que los entrenadores estén a tiempo completo con los muchachos, que todas las categorías jueguen de la misma manera, no forzando a un jugador a jugar como no sabe, sino enseñándole la multifunción o la polivalencia. Si tenemos talento es necesario que los entrenadores lo adapten a las exigencias. No buscando ganar puntos o campeonatos sino mas bien buscando formarlos para la realización del menor en todas sus areas, social y deportiva, personal y académica, alcanzando el sueño de los fundadores, don Ricardo y doña Esther. Que lo importante no sea solo jugar, que tampoco sea ganar por que si, que lo importante sea jugar para ganar, que se conserve y mantenga la actitud para asumir desafíos ante una derrota y la grandeza de un líder en la victoria.
Que este triunfo sea la realización de nuestros menores pero por sobre todo, lo sea del Sporting Cristal
Que este campeonato de mayores sirva de impulso a las nuevas generaciones. Que la identidad y el amor por la camiseta se vea de manifiesto en cada jornada. Que sean nuestras canteras las que a futuro nos llenen de gloria.
Felices Fiestas a quienes conforman las Divisiones Menores del Sporting Cristal, Padres, Jugadores, Cuerpo Técnico y Dirigentes
Hasta mas vernos