La Cancha: León de Huánuco 2 – Sporting Cristal 3
Yo pienso, y debo reconocer por ello a Roberto Mosquera, que Sporting Cristal ganó este partido intentando siempre jugar a lo “Sporting Cristal“. Entonces, lo que me va dejando es que Mosquera entendió bien este partido y que su decisión de no hacer cambios radicales en el equipo que venía presentando resultó ser correcta. Con la presencia de Marcos Delgado por Nicolás Ayr y de Dejair Reyes por Yoshimar Yotún, el equipo fue prácticamente el mismo. Y lo rescatable es que respondió no sólo cuando le tocó atacar sino, sobre todo, cuando le tocó defender.
Sporting Cristal le empezó a ganar el partido a León de Huánuco desde el mismo inicio del partido y eso se notó en el marcador. Pero no sólo en el marcador sino principalmente en el juego. Mientras el local entró frío, Cristal entró a buscar arco. Un tiro de fuera del área y, al siguiente ataque, un penal a favor. El buen tiro de Renzo Sheputnos dió la ventaja. Pocos minutos después, León despertó y ahí pudimos ver, por fin, un Cristal que tenía que defenderse.
No fue malo que se vió. Los centrales respondieron bien y todo el equipo asumió el peso de la defensa. No fue raro, por eso, ver a Írven Ávila, a Junior Ross o a Hernán Rengifo apoyando activamente en la defensa y rechazando balones que ayudaban a trabar. Sin embargo, y eso es lo que también hay que tomar en cuenta, se nota el desbalance del equipo y la falta de contención ya que a veces Carlos Lobatón no alcanza a cubrir y Jorge Cazulo– que es un jugadorazo – no puede estar en todos lados.
Te hablaba del compromiso de todo el equipo, ¿no? Pues fue precisamente un balón que rebotó en Rengifo el que inició el primer ataque a fondo de Cristal luego del penal. Habían pasado casi 40 minutos en los que León tuvo la iniciativa y Cristal encontraba una posibilidad clara. Hubieron algunas anteriores que no se pudieron llevar a buen término ya sea por la cancha o por que no se estuvo fino en el toque definitivo. Pero en esta salida Cristal si estuvo fino. Ávila armó una pared con Loba y, entrando al área, remató bien a la salida de Flores. Cristal se iba arriba con un 2 a 0 que era justo por la eficiencia cervecera y por la solvencia con la que pudo controlar los ataques del local.
El segundo tiempo se nos complicó mucho. León salió a atacar y pronto obtuvo su premio cuando Reimond Mancose fabricó un penal. El remate de Carlos Zegarra, picando el balón a un costado, no sólo les dio el descuento en el marcador sino que también quebró la tranquildad que debía mantener Erick Delgado. Esta jugada sumada a la agresión de la tribuna y a la provocación de los locales hicieron que, luego de muchos años, el Loco perdiera los papeles y cometiera una acción irresponsable que nos complicó mucho. Su expulsión deja poco margen para cuestionarlo.
El ingreso de Elexander Araujo se dió por Irven. Cristal debía cuidar con uñas y dientes lo que había logrado y no sólo lo hizo sino que se dio maña para hacer lo que tenía que hacer: aprovechar los espacios. Era previsible que León se iba a ir a buscar el empate. Era previsible que iba a dejar espacios atrás. Era previsible que la velocidad de Ross iba a servir mucho. Y sirvió. Sheput recogió el rechazo y avanzó midiendo el momento del pase. El pase fue perfecto y la definición cruzada no fue menos. El 3 a 1alivió la tensión y favoreció mucho. Se mató en los momentos precisos y, si me preguntas, ahí radica el secreto de la victoria rimense.
Luego del gol, León perdió ímpetu y el partido parecía controlado. Hasta que nuevamente el juego nos recordó el déficit que tenemos en la contención a pesar de que Oscar Vílchez ya estaba en la cancha en reemplazo de un cansado Lobatón. Un balón que pasó entre Neka y Cazulo y que encontró desubicado a Marcos Delgado y Marcio Valverde fue bien aprovechado por León. Faltaban 5 minutos de partido y León se ponía 3 a 2. 5 minutos a los que se tuvo que sumar los 4 que dió Henry Gambetta.
Hubo una jugada en la que pudimos perder lo logrado, es cierto. Pero yo me quedo con la actitud del equipo. Con el poco tiempo por delante, Cristal empezó a tener el balón lejos de su área. Cazulo, Ross y Rengifo ayudaron mucho en eso y así logramos que el tiempo transcurra.
El abrazo por la victoria fue fuerte y, creo yo, porque ésta fue trabajada. Porque no sólo cumplimos adelante haciendo lo que mejor sabemos hacer – atacar – sino también sobreponiéndonos a nuestras debilidades en defensa. Roberto Mosquera hizo jugar al equipo respetando la idea de fútbol que presentó desde un inicio y eso se aplaude. Pero sobre todo se aplaude cuando se ve que esa idea resulta lo suficientemente plástica como para que Cristal pueda defenderse con solvencia. Alegra comprobar el compromiso de los jugadores al momento de defender y uno no puede sino pensar si las flaquezas que el equipo puede tener serán realmente compensadas con este gran corazón que los jugadores están poniendo en los partidos.
Al terminar la semana pasada, quedamos tres equipos punteros con 7 puntos. Hoy nos deshicimos de uno. Quedamos dos equipos punteros con 10 puntos y, casualidad, la próxima semana nos enfrentamos. Si logramos deshacernos de Real Garcilazo, quedaremos solitarios en la punta y con mucha perspectiva. Como hace años no lo hacíamos. Punteros solitarios y con el camino dibujándose, como si este año pudiera ser el que tanto tiempo hemos estado esperando.
Mientras tanto, te cuento un dato. La última vez que habíamos ganado en Huánuco fue en 1995. Es mismo año, salimos campeones.