Hasta pronto, hermano celeste.

La vida tiene esos giros extraños. Uno va a cubrir el voley, llega al Bonilla, verifica sus estados y encuentra la noticia. Comentada por un amigo metido en el mundo del rock y que nada tiene que ver con Cristal. Pero la gratitud del hincha está ahí, pues. No  necesitas conocer a la gente que ha puesto su esfuerzo en el mismo sentimiento para sentirte afectado por su partida. Y así, el primer tweet para la comunidad cervecera llevando esta triste noticia salió de mi cuenta y se dio inicio a esta avalancha de sentimiento cervecero que recuerda, y agradece, a Miguel Tapia.

Tal vez muchos no recuerden el rostro de Miguel, muchos inclusive jamás hemos podido estrecharle la mano. Pero sin embargo, se le sintió cercano. Es y será la voz que todos escuchamos cuando aprendimos a cantar nuestro himno. Esa canción alegre y popular que hemos adoptado como el emblema de nuestra institución. Esa típica grabación que lleva tantos años tocándose y tocándose en cada casa cervecera. Por ese hecho, por esa alegría, por ese sentimiento, Miguel va a quedar en el corazón de la hinchada cervecera. Una gratitud y un gran recuerdo.

Si en el cielo celeste, Dios hace rato que no suelta la bandera, ahora va a poder cantar el himno con el acompañamiento de Miguel.