La Cancha: Cienciano 0 – Sporting Cristal 1

Y así, luego de varios años, Sporting Cristal volvió a lograr una victoria en el Garcilazo. Para que te hagas una idea de hace cuanto no la veíamos, te diré que esta es la primera victoria cervecera en el “nuevo” Garcilazo ya que no ganábamos desde antes que ese estadio fuera remodelado para la Copa América del 2004. Harto tiempo, ¿no?

Ahora, lo cierto es que este partido hay que tomarlo en su real contexto. ¿A qué me refiero? A que se presentaba un partido difícil, en el que el claro favorito era el local, en el que era poco menos que suicida el lanzarse a atacar. La experiencia aconsejaba, entonces, tener un planteamiento conservador. Y si me preguntas, yo creo que estas perspectivas son las que mejor le acomodan a Reynoso. Cuando se ve en la necesidad de lanzar un equipo que privilegie la defensa, él se siente más cómodo y, como vemos, suele acertarle en el planteamiento.

«Loba» fue el mejor jugador del partido y autor del gol del triunfo.

Por eso era previsible desde antes del inicio del partido que Cristal iba a presentarse con un equipo que busque, sobre todo, cuidarse atrás. Con la presencia de Delgado, que superó la rotación para este partido mostrando que los inicidentes le han pasado factura a Heredia, y una línea novedosa formada por Quina, Revoredo, Vílchez y Lojas; Reynoso se puso a esperar a Cienciano. Al Papá, por su lado, no le tomó mucho tiempo hacerse dueño de la pelota y las acciones. Cristal intentó mantener el manejo del balón pero se fue chocando con su error de siempre: la falta de precisión. Así, las salidas cerveceras eran esporádicas y, cuando se acertaba en el pase, el contragolpe era lento, débil y totalmente predecible. Salvo, claro está, el pelotazo que Loba estrelló en el travesaño.  Hasta ahí nadie se sorprendía de lo que pasaba en la cancha. Si bien Cienciano presionó mejor y atacó más, la verdad es que no hubo una jugada de claro riesgo en nuestra contra. Por el contrario, Erick Delgado se mostró seguro en varios pasajes.

En el segundo tiempo vino la contraparte del planteamiento de Reynoso. Algunos dicen que fue un “replanteamiento”, yo creo que Juan siempre tuvo la idea de lanzar a Advíncula recién en el segundo tiempo. El moreno trajinó como siempre por derecha y empezó, poco a poco, a llevar preocupaciones al Rojo. Con una mayor ambición mostrada por Cristal, el partido se abrió en ambos lados. Cienciano empezó a encontrar espacios en nuestra defensa y los contragolpes cerveceros también encontraban a la defensa local adelantada y tenían mucha cancha para correr e intentar complicar.

Acá se volvió a ver el que es aún el principal problema de Sporting Cristal: la definición. Cristal tuvo por lo menos cinco jugadas claras de gol que no se aprovecharon. Al igual que el partido contra Comercio, se fallaron las oportunidades de todas las formas posibles. Se lanzó la pelota al bulto, elevada, desviada, al palo. Todas. Y justo cuando Reynoso sacó a González Vigil – el único delantero – para que ingrese el Loquito Casas, dando el mensaje de que había que “cuidar” el resultado, por fín le ligó una a Cristal. Pero, claro, fiel a nuestra costumbre tampoco fue un gol de jugada clara. Fue un gol con angustia y con controversia.

Advíncula por izquierda toca al centro con Loba quien le devuelve la pared. Advíncula avanza en el área y lanza la cuchillada al centro para Espinoza que en ese momento se encontraba atrás de la línea del balón. Espinoza se resbala y, ante el arco solo, la pifia feísimo y desviado. Gracias al cielo que Lobatón se encontraba en las inmediaciones y que los defensas se fueron a marcar al mexicano. Loba cogió la pelota que se iba afuera y la añadió para salir gritando con toda la fuerza de quien se ha mostrado como el mejor jugador de este equipo en los últimos partidos y ve, por fin, un resultado favorable.

Yo creo que fue gol lícito pero siempre habrá espacio para la discusión.

Es una alegría este resultado, te diré. Sobre todo porque se logra una victoria trabajada y fundamentada en lo que se vio durante todo el partido. No se puede decir que Cristal superó a Cienciano ya que, con el mismo mérito, el local pudo habernos ganado. Pero lograr el equilibrio durante el partido es un buen mérito de Cristal que nace de un buen planteamiento del técnico, hay que reconocerlo. Pero el problema y la preocupación se da en que Cristal sigue regalando oportunidades de frente al arco. Si hoy hubiera estado correcto adelante este partido se habría resuelto antes y hubiéramos podido lograr una diferencia que nos dé tranquilidad.

En este partido, creo yo, nadie exigía que se juegue bonito. Cristal hizo, entonces, lo que tenía que hacer. Pero tampoco es para creer que todos nuestros problemas deportivos desaparecieron. Cristal jugó un partido en el que no tenía el peso del ataque y su esfuerzo encontró premio. Pero el próximo partido es en nuestra cancha y tenemos que ganarlo. Cuando el peso de ir a buscar el partido esté encima de Cristal, los problemas de generación y de definición van a volver a tomar el peso que realmente tienen.

Pero creo que es justo que esas preocupaciones las veamos en un par de días. Creo que este equipo, por lo que hizo durante el partido, y nosotros también nos merecemos saborear un poco este lindo resultado. Y también soñar, por qué no, que tal vez este sea el “partido bisagra” que todos soñamos y esperamos.

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