La Cancha: Sporting Cristal 2 – Alianza Atlético 1

Feo domingo en el San Martín, te diré.

Frio, nublado y con muy poca gente. La recaudación final dió un total aproximado de 2,150 espectadores entre pagantes e invitados y casi 200 periodistas. En total unas 2,350 personas que dejaron poco más de 8,000 soles en taquilla y que, descontados los pagos que se tienen que hacer, significó una pérdida para el club de poco más de 2,000 soles. Con ese panorama lo único que faltaba para que todo sea un fiasco era que perdiéramos.

Y por varios minutos lo estuvimos haciendo.

Una victoria sobre Sullana resulta buena no tanto por que nos soluciona el mal momento. No lo hace. No soluciona nada. La victoria es buena más bien por que nos escapamos de la que se hubiera armado si no le ganábamos a este colero. Sullana ofrece el orgullo de sus jugadores y nada más y aún así nos complicaron gran parte del partido.

Rivera mandó a la cancha un equipo nuevo que jugó conforme al 4-4-2 de toda la vida. Algunas novedades que demuestran la pobreza de nuestra plantilla: Advíncula estuvo de marcador derecho y Perez regresó a la defensa para hacer dupla con Lojas. Por izquierda estuvo Reyes y en el mediocampo Casas, Sánchez, Yotúm, Palacios y arriba Ximénez y Leiva.

El primer ataque a fondo de Sullana agarró mal parada a la defensa y Caicedo, tras superar la marca de Casas, y ante la atenta mirada de Lojas que no atinó a cerrar ni a nada, fusiló a Carvallo. Con este gol los fantasmas regresaron al San Martín: gol en contra empezando el partido, y nada más. El recuerdo de las derrotas contra Cienciano y  Vallejo – que se perdieron así – empezó a rondarnos y la desesperación se mezclaba ya con más miedo que molestia.

Entonces empezamos a hacer lo de siempre, avanzábamos con pelota dominada, toque para acá, toque para allá, un toque, dos toques, perdemos la pelota, lo de siempre. El juego se hizo aburrido y no dabamos señal de poder hacerles algo a los piuranos. Hasta que sucedió algo inesperado, excepcional. Luego de ocho partidos de innumerables intentos fallidos, por fin Sporting Cristal pudo sacar un buen centro. Del pié de Danny Sánchez (y eso fue todo lo que hizo en el partido) a la cabeza de Ximénez. Gol, empate y carrera hasta la banca para dedicarle el tanto al Chivo Rivera, a ver si así se acallan las voces que murmuran “camita”.

En el segundo tiempo, entró Ísmodes y el Chino Ximénez hizo un jugadón para dejarle servido el balón en la puerta del arco. Damián la empujó y repitió la dedicatoria al técnico. Estoy seguro, también, de que la repetía nuevamente si no le anulaban el otro gol que metió y que el árbitro Rivera – dándoselas de escrupuloso – anuló por un ligero toque de Leiva a un defensa piurano. Finalmente, en la última jugada del partido, Vegas se fue expulsado tras trabar de mala manera al “Chorri” Palacios que ya lo había descontado. El tiro libre fue desperdiciado por Ísmodes justo antes del pitido final.

Ísmodes se abraza con Yotúm. Luego seguiría corriendo hacia Rivera (foto: EPC).

Ísmodes se abraza con Yotúm. Luego seguiría corriendo hacia Rivera (foto: EPC).

Eso fue todo Cristal.

¿Sullana?

Sullana tuvo más y más claras. Carvallo hizo una tapadaza y Lojas se fue expulsado tras jugar todo el partido con demasiada fuerza. Advíncula demostró que lo suyo  no es la marca y Reyes mostró que aún no se sabe qué es lo suyo. Cristal siguió siendo un equipo ligerito y terminó ganando por susto y por la gracia divina que quería regalarnos un domingo tranquilo.

Y ya está. Volvimos a ganar luego de siete partidos y nada más. Esto no sirve para tapar la crisis ni cambia en algo todo lo que estamos pasando. Tal vez sirvió para comprarle al plantel una semana tranquila y para que los jugadores muestren al estadio de que – aparentemente – están a muerte con su técnico.

Yo, discúlpame celeste, no soy tan optimista. La próxima semana nos toca con San Martín que cuando estábamos punteros nos metió cuatro. ¿Cómo nos irá ahora? Así que, si eres de los que piensa que este triunfo calma la crisis en Sporting Cristal, te recomendaría que no te tranquilices tan rápido.

Esta historia aún puede continuar.

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