La Cancha: Sporting Cristal 1 – Universidad César Vallejo 1
Cristal perdió dos puntos de la forma más ingenua posible, ante un rival entregado que durante casi todo el partido no mostró ser rival y que, sin embargo, en los últimos minutos del encuentro, aprovechó espacios y distracciones que le hubieran permitido dejarnos sin nada. Aumentó la distancia que nos lleva la San Martín y llegamos presionados al siguiente partido – precisamente ante San Martín – donde se definirán casi todas nuestras posibilidades de título.
La ya conocida ausecia de Carlos Lobaton en el medio campo resultó ser una situación a la que no supimos sacarle la vuelta. La precisión brilló por su ausencia ya que ni Cruzado ni Palacios ni Sanchez tuvieron una regularidad que permitiera consolidar nuestra superioridad. Criticable sobre todo lo de Sanchez que, en su primera temporada y habiendo sólo marcado algunos cuantos goles, se mostró en la cancha con poses de estrella que no le corresponden. Poses de estrella puede tener Palacios que ganó cuatro títulos con la celeste, es goleador de la selección nacional y jugó varios años en el extranjero ganando títulos. Pero un muchacho de 18 años no puede mostrar poses estrella en la mitad de su primera temporada y tal vez sea esa la razón por la que no salió a la cancha en el segundo tiempo.
Pero lo que no estuvo en el primer tiempo y tampoco apareció en el segundo fue la contundencia. En el primer tiempo Cristal pasó por encima al limitado equipo trujillano estrellando un balón en el palo y creando varias situaciones de gol. Un tiempo donde se vió lo mejor de Elkin Murillo desde que llegó … hasta que se escondió en el segundo tiempo. Un tiempo donde se anuló un gol y varias jugadas importantes por dudosas posiciones adelantadas. Cristal quería, Cristal tenía con qué y parecía cuestión de tiempo.
Pero, en el segundo tiempo, algo cambió.
Cristal se dejó estar, le regaló la pelota al equipo trujillano, dejó jugar, se mostró displicente. Sheput por Sánchez no fue solución y la entrada de Cominges por Cruzado no sólo fue intrascenente sino que además desbalanceó al equipo, dejando a Razzotti – el único del mediocampo cervecero que jugó como siempre – sólo en la recuperación y con la carga de ser el único que repartía balón con criterio.
El gol Trujillano llegó rápido pero la reacción rimense, la que se esperaba, la que debía cambiar las cosas no llegó jamás. Razzotti demostró que es un muy buen jugador y le salió un disparo al arco que entró espectacularmente. Pero los demás … no estuvieron. Dubitativo Villalta, flojo Hernández, irreconocible el Chorri, abandonado a su suerte Ximénez. Hasta Carvallo, que mostró buenas atajadas, tuvo responsabilidad directa en el gol de la visita. Un partido ingenuamente perdido … un campeonato que se nos complica más de lo necesario.
Este miércoles viene San Martín y, si queremos lograr el título, debemos ganar ese encuentro. Equipo tenemos, méritos también. Es cuestión de que el equipo se lo tome en serio y juegue como sabe hacerlo.