¿Qué espero ver hoy en la noche?

Faltan horas para que se empiece a jugar la primera final nacional de la temporada. En dos partidos (que podrían ser tres) vamos a definir la etiqueta final de esta temporada. La posibilidad de redondear una temporada fabulosa (tanto en lo deportivo como en lo institucional) o de enfrentar la injusticia de que esta temporada – fabulosa, como te digo – no sea aquilatada en todo lo bueno que es porque no conseguimos la etiqueta de campeón. 

Se podría decir que a estas alturas no tiene sentido cuestionar el hecho de que el título se defina en dos partidos. A fin de cuentas, llevamos mas de 20 años jugándolas y en ellas todos han ganado y perdido por igual. Yo discrepo. Yo creo que es ahora, cuando tienen actualidad, que hay que cuestionarlas porque el resto del año es como hablar de algo que no existe. 

Pero el cuestionamiento a las finales no puede venir por criticar la valía de Alianza Lima como finalista. Alianza tiene argumentos y merecimientos de sobra para jugar esta final. La crítica, entonces, debe darse sobre la salud y seriedad del torneo. Si se van a jugar finales, estas no pueden imponerse como algo tan desconectado de la temporada regular. El haber triunfado en la temporada debe valer algo y no pasarle como al FBC Melgar que, siendo campeón del Clausura, no va ni siquiera a jugar grupos de Libertadores. Algo debe darse a aquellos equipos que destacan en los 30 partidos anteriores. Lo contrario le quita seriedad al torneo.

En esa idea no puede dejarse de lado la «ventaja deportiva» para aquellos equipos que terminaron mejor posicionados en la tabla. La segunda profesional lo aplicó en sus play-offs en esta temporada y fue algo más justo. En caso de empate en las llaves, clasifica el equipo que estuvo mejor en la tabla.

Y, ya que estamos, tampoco puede dejarse de lado la diferencia de goles para forzar un tercer partido definitorio. Si lo que la televisión y la ADFP  quieren es jugar mas finales porque sí, vamos a terminar haciendo un play-off de la NBA y premiaremos al que gana 5 de 7 partidos. Muy lejos de eso no estamos.

Más allá de eso. Antes de ver el fútbol, yo quiero comentarte lo que me imagino que veremos en la cancha de Matute.

A no ser que haya pasado una hecatombe, Sporting Cristal tiene argumentos de sobra para hacer un genial partido. Pero, entonces, ¿por qué no se habla de favoritismo rimense? Pues porque el rival tiene sus propias armas. Yo doy por descontado que Alianza no va a salir a atacar. Va a esperar e intentará dominar el medio. Creo que Pablo Bengoechea ha afilado a su equipo con la finalidad de esperar el descuido rimense para clavar la daga afilada y dar un golpe certero. Van a aprovechar las pelotas perdidas en salida, van a buscar las faltas cerca del área, van a bombardear a Patricio Álvarez

Si Alianza logra hacer daño, imagino que cuentan con que en Cristal pase lo que ha pasado en la temporada: que pierda ecuanimidad. Cuando el rival le cierra caminos, cuando no le da comodidad al medio, cuando juega con el reloj, el equipo rimense se nubla. Hemos visto varias veces a Cristal desacomodarse y enredarse sólo sin encontrar la salida. Creo que eso es a lo que apuesta el local. Y creo que es harto probable que encuentre por lo menos algún momento en que Cristal baje la guardia o cometa algún error. Esto es fútbol, a fin de cuentas.

Por el lado rimense, espero que Cristal no se deje ganar el mediocampo. Si mantenemos el juego lejos de nuestra área vamos a poder manejar todo. El último partido, aquel de la suspensión y el empate, se nos complicó porque Alianza pudo controlar el medio y Cristal no supo como recuperarlo. La labor de Jorge Cazulo, Horacio Calcaterra y Josepmir Ballón va a ser fundamental. Por lo demás, si Alianza no logra encontrar el momento – o no lo aprovecha – la fortuna va a sonreirle más al equipo rimense quien viene con mas recursos y mas resto físico.

Luego, hay que esperar que el Comandante Mario Salas  haya podido reforzar la cabeza de este equipo de campeones. Un gol de Alianza Lima no puede hacernos perder la cabeza. Los mejores equipos rimenses de la historia han sido aquellos que supieron jugar con calma, paciencia y criterio. Confío en eso. Confío también en que este plantel rimense es un plantel de campeones. Casi todos saben lo que es jugar finales y ganarlas. Casi todos tienen en las espaldas por lo menos un título nacional. Esa experiencia tiene que valer.

A fin de cuentas, uno no es adivino. Pero yo creo que esto es lo que nos vamos a encontrar hoy en la cancha de Matute. 

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