Cuando el romance se renueva
Tuvieron que pasar 15 años para volver a casa. Volví y la experiencia no pudo ser mejor. Fui testigo de 10 goles, un goleador récord histórico y pude por fin tener un encuentro con los amigos que solo una pasión como Sporting Cristal puede generar.
Pero no fue lo único que sucedió en esta visita. Entre otras cosas, tan fanático como soy, nunca había tenido la oportunidad de ver jugar a Sporting Cristal en su casa: El estadio Alberto Gallardo. Me lo habían advertido: Te vas a decepcionar, es incómodo, es pequeño, no hay sombra, eran algunas de las cosas que me comentaban los amigos. Quizá con la intención de que yo espere poco y me llene más aún de alegría al ver todo con mis propios ojos.
Llegue al campo por primera vez el domingo 4 de noviembre del 2018. Día soleado, clima perfecto y un partido por delante que prometía ser competitivo. Uno de los animadores del Torneo Clausura, Ayacucho FC, versus el mejor equipo del año frente a frente. Iba a ser difícil, pero tenía confianza en que vería a nuestro club sacar un resultado positivo para enrumbarnos a llegar de la mejor manera a la final del campeonato.
El llegar a las tribunas tuvo un lado emotivo, fue el encontrarme y conocer, finalmente, a muchos de los amigos que hice gracias a esta pasión estando lejos, pero a quienes no tenía el gusto de conocer en persona. Fue un momento genial y la sonrisa, desde ya, no podía dejar mi rostro. Esas graderías que solo eran visibles a través de unas cámaras de televisión hasta hace un tiempo, se convirtieron en realidad y finalmente pude contemplar al Gallardo en todo su esplendor. Los colores, la gente, la cercanía del campo, la guaraná sin gas por 5 soles, todo se confabuló para hacer de esta una experiencia sin igual.
Es difícil describir la alegría que me embargo. Es más complicado aun describir la emoción, el aliento y los gritos que el partido trajeron consigo. 6 goles, 2 de ellos de Emanuel Herrera (para entonces ponerse a 1 gol de igualar el récord nacional anual) y sobre todo un funcionamiento que nos empezó a dar una mirada optimista para encaminar la última etapa del torneo antes de las finales de diciembre.
Fue un festival de principio a fin. Fui agasajado con el cariño de los amigos y hasta me dieron la bienvenida con el callejón oscuro de ley. Lo he venido diciendo desde hace días, decirlo una vez más no hace de eso menos verdad: El domingo 4 y el sábado 10 fui mas niño que nunca y fui feliz. 38 años tuve que esperar para esto. Cada uno y todos los momentos valieron la pena.
Cristal va rumbo a la final. Nos queda una parada mas en Huaraz y luego nos vamos con todo. Ya desde lejos nuevamente te seguiré sin dudas, con mucha más pasión aun, ahora conociendo de primera mano la grandeza que tu nombre enfunda.
Salud Sporting Cristal, nos vamos a volver a ver pronto. ¡¡¡Este año vamos con todo por el campeonato 19!!!