Cada vez más lejos
Hace algunos días escribí un pequeño artículo, resaltando las emociones dentro de un deporte como el fútbol, y que esas emociones, pueden llegar a sacar del mismo futbolista, una versión mejorada dentro de una actualidad decaída a través del juego. A su vez, el hervor mal controlado puede hacer que los futbolistas cometan actos equivocados que serán castigados instantáneamente. Tal y como pasó con la expulsión de Edinson Chávez.
Sporting Cristal había iniciado el partido correctamente. Pablo Zegarra conformó una línea defensiva –netamente improvisada- con dos mediocentros defensivos como Jorge Cazulo y Josepmir Ballón; Chávez y Luis Abram cubriendo los puestos laterales. Ambos también siendo reconvertidos ante las urgencias. Frank Ysique de pivote con Joel Sánchez y Carlos Lobatón a los lados; más arriba Ray Sandoval y Cristian Ortiz siendo extremos, dejando a Irven Ávila de delantero centro. Un 4-3-3 de pizarra.
Para sorpresa nuestra, otra vez y en un partido relevante, Horacio Calcaterra quedaba afuera del once inicial. Y otra vez, Alianza Lima se ponía por delante del marcador en los primeros minutos, luego de ‘soportar’ una sucesión de pases y de tenencia que estaba siendo reactiva.
Los entrenadores tienen, de acuerdo a sus creencias, muchas maneras de ver y pensar el fútbol. Tienen diferentes modos de emplear a sus jugadores, esquivando el sistema. La idea de juego es primordial, y eso está por encima del modelo que se tenga a priori. Los planteamientos son ‘válidos’ siempre y cuando estén bien estructurados y a la postre, ejecutados.
La improvisación es buena, pero al fin y al cabo, son decisiones que toman los propios futbolistas en determinadas circunstancias para desandar los momentos de ‘cerrojo’ que tienen los partidos. Los goles de Alianza Lima resultaron, fuera de la mala presión y luego de una errada forma conceptual de defender, mérito de la decisión e improvisación de dos jugadores: Alejandro Hohberg y Luis Ramírez.
Sporting Cristal cada vez más se está quedando lejos de una identidad. Eso y desniveles individuales generan rendimientos dispares en cada partido. Temiblemente, en cuestión de actuaciones cada fin de semana, el equipo se está convirtiendo en una moneda al aire. Si es que no se convirtió ya, claro.
Parecia como que con Zegarra el equipo «levantaria vuelo» pero triste nuestra realidad, esto ya está feo, y lo qué mas duele es, qué quien nos gana, si de perder se trata no me importaria (un decir) cualquiera, pero no las comadres y aun peor para mi los cagones, eso ya es lo ultimo qué pudiera pasar, pero nos estan ganando con nada, porque no tienen nada, es posible? Bueno, el equipo está grave como cuando lo dejó la gallina esa, ahora la dirigencia está peor qué el cuerpo tecnico y si antes se decía qué habría qué sacar a medio equipo hoy creo qué deben salir, hum… todos? no tiene ni pies ni cabeza, asi estamos de jodidos y aún mas, no se vé el horizonte