La Cancha: Sport Boys 1 – Sporting Cristal 3

Ya han pasado muchos años desde que el hincha de Sporting Cristal dejó de sentir que un partido contra Sport Boys era uno «difícil». No por nada han pasado casi 8 años desde el último partido que perdimos en El Callao. Por eso, cuando le dices que vamos a jugar un amistoso contra ese equipo que se prepara para afrontar la Segunda División, pues la opinión generalizada es que ese partido debe terminar con un marcador escandalosamente favorable a Cristal y que durante el partido la camiseta celeste no hará otra cosa que imponer condiciones de principio a fin.

Cualquier cosa menos que eso será considerado por el hincha rimense como una mala presentación. Así de simple. Así somos, pues.

Entonces, sobre el amistoso de ayer deberemos decir que ni el marcador ha sido escandalosamente favorable a Sporting Cristal ni el partido fue uno donde hayamos impuesto condiciones de principio a fin. Ganó Cristal, claro, era lo predecible pero ni goleó ni subyugó a la Misilera. Por eso, la experiencia no ha sido bien recibida por la fanaticada cervecera. En el fondo, yo estoy convencido que este partido ha sido mucho más beneficioso para Sport Boys que para Sporting Cristal. Y lo digo porque el técnico rosado, Paul Cominges, al enfrentar a un equipo superior y jugarle de la manera cómo quiere hacer jugar a su equipo, debe haber sacado valiosas conclusiones. Algo que dudo mucho que Daniel Ahmed haya podido hacer. Enfrentar a un rival inferior y vernos, durante algunos pasajes del encuentro, en aprietos ha sido … más bien preocupante.

Preocupante por varios motivos. Si me preguntas a mi, no me gusta mucho la intención de seguir inventando jugadores en novedosos puestos. Josepmir Ballón no lo hizo mal desde la banda derecha pero no quisiera que Daniel Ahmed piense que los partidos que se vienen están para ir rotando a Ballón por diversas posiciones hasta que termine de convencerse que rinde mejor en la suya, en el mediocampo, donde ya jugó este año y en la que tuvo grandes actuaciones. Preocupa también que la debilidad defensiva, que se supo mejorar en los últimos partidos, se hiciera evidente frente a un rival que atacó con poco. Claro, luego Sporting Cristal aprovechó los espacios que le regalaron y en 15 minutos zanjó el resultado con tres goles que, en realidad, fueron cuatro.

Por lo demás, sin marcador abultado y al no ser un partido con indiscutible superioridad, a nadie dejó feliz el resultado.

Pero … paños fríos. Es evidente que Sporting Cristal no va a jugar el Apertura con el ritmo y la motivación que jugó ayer. Esperemos que eso se note desde este martes cuando empezamos la competencia rumbo a revalidar nuestro título.