Palabra Justa: Carlitos nuevamente disfrazado de obrero
Dejamos una grata impresión. ¿Bastó? Lamentablemente no. El partido contra Guaraní nos dejo en claro que la idea está plasmada en el plantel, pero no al cien por ciento, ya que aún quedan cosas por mejorar. Uno de los puntos más altos en el partido de “70” minutos que quiso jugar Sporting Cristal fue el casi siempre crack, Carlos Lobatón. El capitán cervecero, durante 70 minutos, ratificó que todavía es el que lleva la batuta del equipo. El buen Carlitos, mientras duró, hizo lo que le dio la reverenda gana.
En el papel la posición de Carlos Augusto era la de un volante mixto, adelante de Jorge Cazulo y al lado de Josepmir Ballón. Claro que el papel es sólo para cuando dan el pitazo inicial, ya que después los jugadores rotan, intercambian y se prestan las posiciones de cada uno dentro del campo, para imponer movilidad y dinámica. Por supuesto que Carlos poco a poco se fue soltando más que Josepmir y empezó a ser el generador de fútbol en el medio, zona en la cual superamos ampliamente al rival durante el partido de 70 minutos, el cual reitero, el equipo quiso jugar. Lobatón distribuía el balón a su antojo y decidía cuando ser verticales y cuando horizontales. Se le notó muy concentrado al actual capitán y siempre manteniendo comunicación con los demás compañeros.
Creo que se nota cuando Carlitos juega Copa Libertadores y cuando no. Algo que realmente rescato muchísimo de Lobatón fue su compromiso con la presión. Desde la final contra Real Garcilaso en Lima, o aquel partido de la Selección que terminó 1-1 con Argentina en el Nacional, que no veía a un Lobatón tan enchufado, tan trajinador. Al no tener posesión de balón, Carlos presionaba al primer receptor que tenía cerca, cosa que hizo realmente bien todo el equipo durante 70 minutos, y así dificultaba la salida del rival y su desenvolvimiento en campo contrario. La presión y trajín que tuvo Carlitos en estos 70 minutos, sin duda motivaron a los demás jugadores del Sporting a meter los que se tiene que meter, ya que veían a su capitán con un hambre de gloria realmente increíble. Cuando se tuvo la pelota, Carlitos también resaltó. Se asociaba en cualquier parte de la cancha. Se recogía para salir jugando, distribuía en todo el medio sector y hasta la hacia de enganche varias veces.
En cuanto al resultado se refiere, Carlitos fue determinante. Metió el centro que hizo que Ávila se la bajara al Picante para el 1-0, y también metió el pase en callejón que derivó en un rebote de la zaga de Guaraní y consecuentemente con el gol del barbudo Ballón. Degollador Carlitos. Es por eso que se dice: Lobatón es un “10” disfrazado de obrero. ¿Preciso no?
En fin, Carlos le dio al equipo prolijidad y esta vez balance con y sin balón. ¿Pero cuanto duró? Lastimosamente, a Carlitos se le acabó la gasolina a los 60 minutos y el equipo dejó de ser el mismo. Cometió el error de tratar de defenderse sin balón y dejó de presionar al rival, el cual con la conocida garra paraguaya y centros al área concretó el empate. En mi opinión, dejamos dos puntos valiosísimos en Paraguay que nos pesarán mucho cuando se esté por definir el grupo. Dio gusto que el equipo salga a proponer y sea superior al rival por un buen rato. Pero hay que durar muchachos. Somos, claramente, un producto no terminado.
Fuerza Cristal
Bienvenido !! Salud Alessandro!!
Bienvenido AleSCandro, muy bueno tu articulo!
esperamos más!!! La página cada vez está más novedoSCa
FUERZA CRISTAL!!!!!!!!!!!!!!!! SALUD ECCQTM