Quien lo siente, lo sabe.

Los golpes fuertes generan duda y esa duda puede generar el temor. Hoy en Sporting Cristal no están permitido ninguna de esas tres palabras. Para ser concisos, no vamos hablar del partido ni como sucedió, hoy es tiempo de hablar del hincha, de su deber y tiene la opción de jugarse su partido más importante este año. Hoy es tiempo de estar más cerca del club, más cerca a los nuestros, ya habrá tiempo para la critica después.

Y es cierto, que la última semana el hincha de Sporting Cristal ha estado en una montaña rusa de emociones y hoy se debe sentir más confundido que nunca, pero no es momento para transmitir eso al equipo, primero son los colores del club, después todo lo demás. Tú lo sabes, a nosotros no nos tienen que decir que nos unamos. Cristal nos une sin que nadie lo proponga.

No hay tiempo para nada más, dos partidos no tienen que quitarnos la convicción que ganamos, nosotros más que nunca hemos visto que este equipo pudo salir adelante ante tanta adversidad en contra, que nos ha regalado un año de puras emociones y que seguro no las va a terminar dando el día que se termine el partido – cuando quiera que se llegue a jugar – contra Alianza Lima. No hay tiempo para más, solo para alentar, aplaudir, cantar y defender esos colores. Hay que seguir hinchando por nuestro ideal.

Bien se decía:

¿Qué taller, ni qué trabajo? ¿Y los colores? ¿Y el club? ¿Para qué trabaja uno sino es para ir el domingo a romperse los pulmones en las tribunas hinchando por un ideal? ¿O acaso eso no vale nada? ¿El hincha qué? No resuelve nada, ¿qué sería de un club sin el hincha?  Una bolsa vacía. El hincha es el alma de los colores. El hincha no se ve. Es el que da todo sin esperar nada. Ese es el hincha, ese soy yo“.

Faltan un poco más, la pelota está en tu cancha.

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