Las del Estribo – Décima fecha del Torneo Clausura 2014

Por: Ernesto Arrascue

• El Cristal que ataca y que cuando lo hace, avasalla, llega por todos lados y define bien, tiene un alter ego que defiende mal. Ojo, ya no defiende muy mal, ni pésimo. Solo mal, hay cierta mejora. Cuando Cristal está bien parado en la cancha, cuando se enseñorea y el otro equipo intenta atacar, los jugadores en defensa suelen lucir acertados, llegar bien a los cruces, cortar los ataques en el momento justo. Pero cuando el equipo cede la posesión de la pelota toda esta seguridad empieza a flaquear. Basta con que algo salga mal para que empiecen los temores, los descuentos, los empates. Contra León no se llegó a tanto, pero cerca estuvo y eso no debería suceder.
• Pensando en el último tramo y en los partidos decisivos que se nos vienen encima, la regularidad conseguida en los resultados debe reflejarse ahora en un rendimiento uniforme en los noventa minutos. Mientras que ante Vallejo era comprensible desacelerar la máquina por llevar cuatro goles de ventaja, de visita no podemos hacer lo mismo. Dos goles no son suficientes, sino recordemos lo que pasó contra San Simón. Cristal no puede perder más puntos, si bien la campaña de este Clausura es buena hasta ahora, tenemos al frente y al costado a rivales muy regulares. No podemos perder el paso, no podemos darnos el lujo de pasar sustos.
• Con Blanco y Núñez en gran nivel, solo falta que Ávila se ponga a la par. Irven no está en su mejor momento. A pesar de que no desentona, porque su sola presencia en el campo es un motivo de preocupación para cualquier rival. Pero no puede seguir viviendo de su fama. Con la mejor versión de este jugador nuevamente en la cancha, el peligroso ataque de Cristal se vería potenciado muchas veces. Ojalá se esté guardando para las últimas fechas. Ojalá que aparezca de nuevo cuando más se le va a necesitar.
• No debemos pensar aún en Alianza, el rival más peligroso es el del próximo partido. Así que contra la San Martín primero y luego contra Huancayo, serán las próximas dos finales que jugaremos. De nada nos sirve preocuparnos por el líder si no mantenemos la regularidad y nos alejamos de la punta. La posibilidad está más viva que nunca y, menos mal, solo depende de nosotros mismos que permanezca así.