Las del Estribo – Octava fecha del Torneo Clausura 2014

Por: Ernesto Arrascue

Por: Ernesto Arrascue

No había necesidad de sufrir tanto. Esta vez el rendimiento del equipo fue a la inversa que en el partido contra Aurich. Luego de los 10 minutos iniciales, en los que ganábamos por dos goles, apareció de nuevo la irregularidad que tanto nos ha caracterizado este año, para que el rendimiento del equipo decayera y permitiera al modesto San Simón empezar a tener más la pelota y a generar ocasiones de gol que cada vez se iban haciendo más peligrosas.

Es innegable que el calor, el cansancio y muchos factores más pueden afectar a cualquiera, pero, incluso jugando a media máquina, Cristal no debería tener problemas para manejar un resultado tan favorable, o al menos poder sostenerlo. Como sabemos, esto no fue así, nos empataron y si no fuera gracias al gol increíble de Revoredo cuando el tiempo extra ya había terminado, hubiésemos regresado con un solo punto que no servía de mucho. Ahora Cristal puede ver con optimismo la tabla, pendiente un partido que de ganarlo nos colocaría en el segundo lugar, a un punto del líder con el que todavía no hemos jugado.

Dan ganas de entusiasmarse, pero es casualmente la poca capacidad que ha mostrado el equipo de sostener resultados positivos lo que invita a tomar las cosas con calma. Para luego evitar decepciones y frustraciones, claro. Se han obtenido dos buenos resultados, en dos partidos en los que parecía que nos íbamos con mucho menos. Con Aurich perdíamos hasta el minuto 70 y con San Simón empatábamos hasta los 95 con treinta segundos. Son seis puntos que se han obtenido con angustia, a pesar de la goleada, a pesar de ser superiores.

Ojalá esto no sea así, el fixture es amigable y Cristal solo depende de sí mismo. Aunque parezca increíble, luego de un año tan difícil, tan emocional, tan complicado, las posibilidades de cerrarlo con el título están intactas. Extraño, uno no termina de convencerse, no acaba por creerlo. Pero no es casualidad, hay varios factores que han llevado a que esto ocurra. Si bien algunos aspectos negativos aún no se solucionan, como la excesiva fragilidad defensiva (cada pelota aérea en nuestra área da mucho miedo) y los planteamientos con los que a veces nos sorprende Ahmed, es lo positivo, como la capacidad goleadora de Blanco y la mejora en el rendimiento de varios jugadores, entre los cuales destaca Sheput, lo que ha ayudado a que el Clausura sea un torneo que podamos mirar con mayor optimismo.

Este sábado recibimos a Vallejo y la posibilidad de conseguir un tercer triunfo consecutivo está ahí. De locales ya no podemos perder puntos, la regularidad tiene que llegar. Aunque sea al final, luego de tanto sufrimiento. Como en el partido con San Simón, igualito.