Temas de Identidad Cervecera: Blas Loredo Báscones
Si hay algo que nos preocupa hoy por hoy como institución e hinchada es el tema de la Identidad. Y la Identidad no sólo pasa por reivindicar nuestros colores sino también por rescatar aquellos hechos y, sobre todo, aquellas personas que iniciaron, armaron o participaron en forjar lo que hoy significa “ser del Cristal”.
En “El Cristal con que te miro” queremos aportar nuestra ayuda en rescatar esos temas y por ello hemos creado la sección “Temas de Identidad Cervecera” en la que periódicamente vamos a ir rescatando aquellos hechos y aquellas personas que son importantes en nuestra historia y que han hecho mucho para que hoy podamos ser lo que somos.
Personalmente para mi es una gran satisfacción iniciar esta sección con la semblanza de un personaje importantísimo en nuestra historia. Satisfacción por varias razones pero principalmente porque he contado con la colaboración de un gran amigo. Espero disfruten esta semblanza.
BLAS LOREDO BÁSCONES, UN CELESTE ETERNO
Por: Blas Loredo Romero
En tiempos en los que se habla de identidad y del renacer Celeste, no puedo dejar de pensar en un hombre que amo a su querido Sporting desde el momento de su nacimiento (un 13 de diciembre de 1955). Me estoy refiriendo a Blas Loredo Báscones, mi abuelo. “Don Blas” para los que tuvieron la enorme suerte de conocerlo.
Don Blas fue Presidente del recordado Sporting Tabaco justamente en los últimos años de existencia de este Club y, posteriormente, fue Presidente Fundador del Sporting Cristal (o mejor dicho, del entonces Club Sporting Cristal Backus), cargo que desempeñó desde 1956 hasta 1959, año en el que, por motivos de un mal cardiaco, tuvo que retirarse del fútbol pasando a ser nombrado Presidente Honorario.
Podría decir (creo, sin equivocarme) que Don Blas fue el primer hincha oficial del Sporting Cristal. Quién mejor que él para conocer la verdadera esencia del Club, si junto con Don Ricardo Bentin y Doña Esther Grande de Bentin, fueron quiénes construyeron las bases y forjaron la esencia de lo que es hoy el equipo bajopontino.
Nunca lo conocí personalmente. Sin embargo, esto no impidió que yo herede el amor a este Club casi por una cuestión de ADN. Por esa cuestión que está en la piel, en el corazón y que solo nosotros, los verdaderos Celestes, sabemos entender. Crecí escuchando a mi viejo contarme orgullosamente las innumerables historias y anécdotas de Don Blas y su inconmensurable cariño y desprendimiento por la Celeste.
Una de estas historias cuenta que Leonidas Mendoza (un buen “9” que jugaba en el Sporting Tabaco y que pasó al Sporting Cristal) fue tentado por Alianza Lima. Cuando Mendoza le anunció a Don Blas que se iba a ir del Club por una mejor oferta, éste le dijo: “¿Leonidas, qué quieres para quedarte?”. A lo que el moreno respondió: “Don Blas, su carro”. Se trataba de un flamante Ford Victoria del año 1953. Inmediatamente Don Blas se metió las manos al bolsillo, sacó las llaves del carro y le dijo: “El carro es tuyo, quédate”. Cuenta mi viejo que en su casa nunca supieron de esto, sino hasta muchos años después, durante los cuales, claro, tuvieron que andar sin carro. Esta historia se la contaron los propios jugadores del Sporting de esa época, como Don Rafael Asca y Don Vicente Villanueva. Este tipo de actos pintaban de cuerpo entero como era Don Blas, una persona totalmente desprendida con lo que amaba.
Otra de las historias, es la de Don Alfredo Cavero, un excelente lateral que tenía el Sporting en esa época (y que incluso formó parte de la Selección Nacional). En esa época era costumbre que para las pre-temporadas llegasen al Perú excelentes equipos del mundo, y los equipos peruanos se reforzaban con jugadores de distintos equipos del medio para afrontar estos encuentros. Universitario siempre “pedía prestado” a Don Alfredo, pues el propio “Lolo” Fernández lo solicitaba, dado que su mejor cualidad eran los centros precisos que éste hacia. Pero fueron tantos los “préstamos”, que los cremas se interesaron en contratarlo, así que lo comenzaron a tentar continuamente. Cavero le contó a Don Blas acerca de estos acercamientos, dado que no solo era su Presidente, sino también su padrino de matrimonio. Conocido esto, y para evitar las tentaciones, Don Blas inmediatamente se llevó a Cavero a Pativilca a la casa de su hermano (Don Miguel Loredo), permaneciendo el futbolista ahí por varios días, hasta la fecha en que se cerraba el libro de pases. Ese mismo día Don Blas se fue Pativilca, recogió a Cavero y llegaron a Lima minutos antes de cerrarse el libro de pases, firmando nuevamente por el Sporting Cristal (vinculación que, además, duró hasta el momento de su retiro). Paralelamente a todo esto, los dirigentes cremas buscaban a Cavero desesperadamente por Cañete y Chincha, pues Don Blas había hecho correr la voz que el buen Don Alfredo estaba por esos lares.
Lamentablemente llegó el año 1959 y, como consecuencia de su enfermedad cardiaca, a Don Blas le prohibieron sus clásicos cigarros, el trago, y lo peor de todo para él: no poder ir al estadio a ver a su querido Sporting, no pudiendo ni siquiera oír los partidos por la radio, pues no podía tener ningún tipo de emoción fuerte. Me cuenta mi viejo que en esos años, cuando escuchaba los partidos del Sporting por la radio, tenía que hacerlo encerrado en su cuarto por indicación de mi abuela y que Don Blas, como un chiquillo malcriado, se le presentaba en la puerta en silencio, para que mi abuela no lo descubriera, para preguntarle por el desarrollo de los encuentros.
Falleció el 06 de abril de 1963, dejándonos una herencia invalorable: el cariño eterno a este Club y el amor incondicional a la gloriosa Celeste.