Balance del 2009 – Parte III
III.- Los hechos.
Sería necio decir que al iniciarse la pretemporada 2009 en Trujillo las ilusiones de todo Sporting Cristal apuntaban a superar la primera rueda de la Libertadores y a lograr el campeonato nacional.
Sin embargo hubieron algunos hechos que explican la derrota y a ellos hay que comentarlos.
1. Enemigos por todas partes.
La dirigencia del Club aún no termina de entender la revolución informática actual y cómo es que medios como éste y como “El Portal Celeste” juegan un papel distinto como medios de comunicación. Esta sorpresa fue tomada, en un inicio, con temor. Temor por que no se explicaban qué podían querer estos hinchas que seguían al equipo hasta Trujillo, inclusive. Este temor – que se materializó en la Jefatura de Prensa del club – inició un clima que luego fue propicio para el alejamiento entre el club y la hinchada.
Entonces, cuando se hizo pública la entrevista realizada por “El Portal Celeste” en la que Luis Alberto Bonnet habló sobre Juan Carlos Oblitas y criticó su forma de trabajar, ese clima creció. Entonces en La Florida empezaron a sentir que la hinchada – y sus formas de comunicación – estaban en contra de ellos, no los iban a dejar libres, que los iban a criticar deslealmente y que lo mejor era alejarse de ellos.
Y jugaron mal sus piezas. Se protegieron y se escondieron y se negaron a dar la cara como si tuvieran algo que ocultar. Y el hincha que no es tonto se dio cuenta que en el club los jugadores, el comando técnico y los dirigentes no daban la cara y empezó a exigir. Comentarios peyorativos se cruzaron con insultos desde el cemento y ya nunca más se pudo armonizar la situación.
Con este clima, no era necesario que el equipo pase cinco partidos sin ganar, sólo al segundo ya la gente presionaba y al jugador sin caracter, esa presión lo mata. No es fácil jugar en el San Martín, aunque pequeño el estadio es pesado por que los gritos los sientes en los oidos y si no tienes temple, te distraes, te desconcentras y terminas mal.
El equipo empezó a ver enemigos por todas partes y la hinchada dejó de identificarse con ese equipo. Cuando la institución se empezó a dar cuenta que no estaba rodeado por enemigos sino que veía las cosas a través de los ojos de un inepto, ya era demasiado tarde.
2. Un plantel que no respondió.
Vamos por partes. Juan Carlos Oblitas no es un mal técnico pero tiene un método de trabajo distinto. Es bien sabido que no puedes comparar técnicos por que cada quien tiene su método y su concepción del fútbol. Existen los “motivadores”, los “estudiosos”, los “tácticos”, etc.
El fuerte de Juan Carlos Oblitas – y el secreto de los equipos que le respondieron – ha sido siempre la generación de un grupo: un equipo. Oblitas le da mucha importancia al clima de vestuario y quiere un grupo de jugadores que se lleven bien y que se maten por el equipo. Todos los equipos de Oblitas han sido así y, como todo técnico, tuvo buenas y malas experiencias. Oblitas arma “su” grupo y trabaja esperando que este grupo se mate por él por que, por lo demás, él se va a matar por todos y cada uno de los que forman ese grupo.
Por eso Oblitas siempre salía a defender a sus jugadores, por que esperaba que éstos se matasen por él.
Por eso cuando le dijeron que estaba rodeado de enemigos hizo un puño con su equipo y dio la espalda a la hinchada y eso le costó la demora en darse cuenta que, lamentablemente, “su” grupo – en realidad – no se mataba por él ni daba la talla a todo lo que él esperaba.
Entonces, ¿podemos decir que eligió mal los refuerzos? No. Los eligió según lo que en su momento él juzgo que iba a aportar a “su” equipo. Por eso pidió la contratación de Maestri – por ejemplo – que a pesar de ser resistido por la hinchada era su protegido y Oblitas tenía la certeza de que éste de iba a matar por él.
¿Le respondieron esos refuerzos? No. Y ahí estuvo el error. Oblitas no eligió de mala fe pero evidentemente sus elecciones no fueron las más acertadas. Terminó creando un grupo que no llegó a cuajar nunca y en el que habían jugadores que escatimaban, que se guardaban, que se olvidaban de las guías, que no llegaron nunca a entender el compromiso que el técnico les exigió.
Y cuando Oblitas se dió cuenta de eso, ya fue demasiado tarde.
¿Cuál fue la culpa de Oblitas, entonces? La principal responsabilidad de Oblitas es que sobrevaloró a los jugadores que pidió y al conjunto que armó. Su responsabilidad es que falló precisamente en lo que quería hacer. Quería tener un grupo de jugadores y sólo tuvo un conjunto de fútbolistas. Quiso tener un equipo que se mate en la cancha y sólo tuvo un once que hacía “lo que podía”. Quiso tener la confianza de hombres que creyeran en su mensaje e hicieran lo que él les decía y sólo obtuvo un equipo que deambulaba en la cancha.
Entonces, a estas alturas del campeonato y de su carrera, ¿iba a empezar a trabajar de forma distinta? No. Murió en la suya. Pudo también hacer públicas sus quejas, echar ante la hinchada a los jugadores que no le respondieron y purgar la plantilla. Pero eso no es algo que haga Juan Carlos Oblitas. Eso lo podria hacer cuálquier técnico. Eso hizo Paulo Autuori pero Oblitas, Oblitas es distinto y aunque los jugadores no hayan respetado el compromiso que él les exigió, él no rompió el suyo.
Es terco, él mismo ya lo había dicho hace más de diez años. Y por eso tampoco renunció. Por que eso hubiera sido darle la razón a todos esos supuestos “enemigos” que creía tener por todos lados. Y además por que así renunciara no hubiera podido dejar Sporting Cristal por que los planes de ser “Director Gerente” ya estaban puestos.
Y nunca dijo nada. Asumió el pasivo y se fue callado.
3. Un técnico que se quedó sin recursos.
Tal vez la mayor frustración de Juan Carlos Oblitas fue que nunca supo sacarle la vuelta a esta realidad rimense. Si el equipo no le responde, el técnico aparentemente no supo qué hacer. Entonces fue poco lo que pudo innovar.
Por ejemplo. Ante la total decepción que fueron los laterales que escogió, lo único bueno a que atinó fue a ubicar bien a Yosimar Yotún. Ante la falta de agresividad en el ataque, se buscó traer un goleador pero Malingas tampoco respondió a las expectativas.
Cristal ha sido un equipo que tuvo partidos muy buenos y por momentos – pocos – jugó muy bien. Pero eso fue la excepción. La regla que vimos este año 2009 fue un equipo que defendía mal y de una total pasividad en la delantera. Fuimos el más goleador, es cierto, pero eso se debió más a que enfrentamos a equipos más débiles que nosotros y no tanto a que hayamos sido una máquina con buen funcionamiento.
Lo de Cristal en ataque fue repetitivo, aburrido y totalmente previsible. Y cuando el Vagón Hurtado se aburrió de ser parte de Cristal, fue más pobre aún.
Y ante esta situación, el técnico no tuvo cómo cambiar la mano.
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Y así se nos fue un año más. Con mucha pena y sin nada de gloria.
Quedamos, sinceramente, a la espera de no volver a pasar una temporada igual.