La Cancha: Alianza Lima 2 – Sporting Cristal 1

Heredia, Prado, Villalta, González, Reyes, Pérez, Lizarbe, Lobatón, Sheput, Aliberti y Hurtado.

Sentado una sucia butaca de esa popular norte terminé de identificar a los once titulares celestes y me pareció una alineación adecuada. Aprobé – aunque a él poco o nada le importe – la idea de Oblitas que decidió respetar al rival y poner una primera línea de tres jugadores. Supe entonces que Cristal iba a esperar la acción de Alianza Lima e iba a buscar que éste se enrede en sus propias limitaciones. Supe también que mucho de lo que haga Cristal iba a depender de dos jugadores: Lobatón y Sheput. En ese orden. Y creo que, en líneas generales, no me equivoqué. Salvo talvez en el hecho de que quien terminó enredándose en sus propias mediocridades fuimos nosotros.

Y es que algunas predicciones se me cumplieron. En efecto, Cristal salió  y esperó a un desordenado Alianza Lima. Mediante los pases largos desde el mediocampo hacia las puntas, Cristal intentaba llegar. Destacaban Sheput, Lobatón y Pérez. Justamente fue Pérez quien lanzó el pelotazo largo para que corra el Vagón y éste se hizo un jugadón. Descontó al defensa aliancista y cedió para que Sheput remate suave. El «Pincel» remató suave y mal por que la pelota fue al bulto pero aprovechamos la coladera que es ese arquero aliancista y el balón – escurriéndosele entre las manos – entró suavemente.

Mientras la pelota entraba suavemente otras cosas salían violentamente. El grito de los miles de cerveceros que dijimos presente en ese estadio salió para acallar a los locales.

Pero, la alegría del gol no puede hacernos perder la perspectiva. Cristal jugaba con inteligencia. Pero no tenía controlado al local. Por el contrario, era este equipo el que nos siguió atacando pero era incapaz de hacernos daño. Cristal lo dejó jugar y – al césar lo que es del césar – ellos jugaron pésimo. Nosotros intentamos un par de veces más la formula del pelotazo y el desborde. Y nos hubiera dado resultado de no ser por que el árbitro le perdonó la vida al zaguero aliancista que bajó a Aliberti.  Por ahí hubo otro desborde que Hurtado no quiso rematar y centró bajito a ningún lado. Cristal perdonaba.

El segundo tiempo – con el ingreso de Palacios por Aliberti – fue más de lo mismo. Alianza Lima haciendo el ridículo y Cristal perdonando y perdonando. Se la falló el Chorri, se la falló Hurtado – varias veces -, se la falló Lobatón. Se la fallaron todos. Y la idea recurrente volvió. «Goles que no haces …» me dijeron al costado y yo asentí «… te los hacen».

Y nos los hicieron.

Habían fallado todos y seguíamos ganando. Hasta que fallaron Prado y Heredia y se acabó. Aguirre nos metió un golazo luego de quebrar a Reyes y ante el cierre tardío de Pérez y González Vigil aprovechó la candidez de Prado y Heredia. Dos minutos, dos goles, Cristal perdió el partido.

Y las indicaciones de siempre se hacen más palpables. Si cuando goleamos al colero no quedó la sensación de estar ante un equipo cohesinado, ahora que nos gana el segundo de la tabla esa sensación que hace más que evidente. Cristal no es un equipo cohesionado. Parece un equipo que se juntó hace una semana. No ves automatismos, no ves coberturas, no ves un mediocampo que cierre ni una ofensiva que cree constantemente. Ni mucho menos un ataque que mate.

Cristal es un equipo tibio. Defiende regular, no contiene, no crea nada y ataca un poco mejor. Pero ¿Es eso todo lo que podemos pedir? ¿Un técnico con casi tres años de trabajo no debería tener un equipo que por lo menos destaque en algo? ¿En qué destaca Cristal? ¿En defensa? ¿En mediocampo? ¿En ataque? ¿Por que dependemos de jugadores que sólo pueden jugar un tiempo? ¿Hurtado? ¿Sheput? ¿Palacios? Si jugamos por las bandas ¿Cuáles son nuestros laterales que marcan la diferencia y superan a los demás? ¿Prado? ¿Reyes? ¿Por que se sigue insistiendo con Heredia si ya viene teniendo varios partidos bajos? ¿Por que se proteje a Maestri – a quien ahora la directiva ensalza como si fuera el mejor jugador del plantel – y se le perdona de jugar en los partidos candentes justo cuando más se necesita alguien que ayude arriba? ¿Por que Oblitas sólo tiene escusas? ¿Por que cuando se le pide autocrítica sólo hace vagas referencias a los «códigos de vestuario»? ¿Por que no se nota un cambio contundente a pesar de las continuos propósitos de enmienda que hace el técnico?

Mientras caminaba por Abtao rumbo a 28 y escuchaba el fuerte grito de los locales pensaba en todo eso. Y pensé  también que es la segunda vez que perdonamos a ese equipo. El año pasado, cuando pudimos mandarlos a segunda, les perdonamos la vida. Este año, cuando pudimos cerrar el partido, les perdonamos y cobramos. Parece que vamos a visitarlos para darles felicidad.

Juan Carlos: tú y tu equipo ¿no serán hinchas de Alianza?